Fue durante la mañana del 01 de octubre cuando millones de mexicanos fueron testigos de la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta en asumir este cargo en la historia del país. Este acto se lleva a cabo cada 6 años como parte del periodo que cada presidente de México debe asumir para cumplir con sus obligaciones en beneficio al pueblo.
Si bien este evento se llevaba a cabo cada 01 de diciembre, por primera vez tras la implementación de la Reforma Político-Electoral de 2014, se estableció que ahora cada 01 de octubre sea llevada a cabo esta protesta tras el término de cada sexenio, llegando incluso a implementarse la medida de convertirse un día de asueto.
¿Pero sabes realmente por que se dio ese nombre de "toma de protesta" a la investidura presidencial? Aquí te contamos.
Después de haber vivido una de las elecciones más importantes en la historia del País, Claudia Sheinbaum se convirtió en la elegida para representar a millones de mexicanos, buscando una transformación que ayude a la construcción de un México próspero. Para darle una mejor formalidad a su resultado, en México se debe de realizar una ceremonia en la sede del Congreso en Ciudad de México, en el que Sheinbaum deberá hacer una promesa de cumplimiento de la ley, tal y cómo lo dicta la constitución, misma dinámica que manejaron los presidentes anteriores.
Ante la representación popular, a este acto se le terminó conociendo como toma de protesta, en donde los diputados y senadores serán los encargados de tomar esa declaración a la primera mujer presidenta de México. Si bien México tiene una forma característica de dar inicio a un nuevo periodo presidencial, cada país tiene una forma distinta, es decir, en la ceremonia de investidura mexicana no hay un juramento ni se abre espacio a simbolismos religiosos, como evocar a Dios o usar una Biblia en el acto.
Es por ello que para “protestar” el cargo, el presidente electo debe pronunciar las siguientes 61 palabras:
Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere, que la Nación me lo demande.
Después de esta etapa, la presidenta recibirá la Banda Presidencial, esa prenda con los colores de la bandera mexicana que termina siendo portada por el mandatario una vez asumido el cargo, misma que será usada en eventos importantes del país como el festejo de la Independencia, recepciones de embajadores o así como alguna otra ceremonia de gala.
Es común que el nuevo presidente ofrezca un discurso inaugural, es por ello que se convierte en algo válido en donde expone su visión, objetivos y prioridades para su mandato, discurso que no solo establece el rumbo de su gobierno, sino que también busca conectar con la ciudadanía y reflejar sus aspiraciones.
Finalmente, en México este acto de protesta queda totalmente alejado de lo que es un juramento, pues cabe mencionar que este protocolo presidencial ha sufrido cambios en los que México se ha convertido en un Estado laico con el paso de los años, sin que tenga influencia por parte de la Iglesia u otras autoridades que alteren la dinámica de cambio presidencial.
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