¿Qué fue lo que pasó con el vuelo Mexicana 575? Esto fue lo que vivieron sus pasajeros

Los pasajeros de un vuelo nunca imaginaron que un vuelo tradicional de trabajo o paseo se convertirá en una de las experiencias más aterradoras de sus vidas.

César González / El Sol del Centro

  · viernes 25 de octubre de 2024

Pasajeros de un vuelo cotidiano vivieron momentos difíciles en su viaje | Cortesía / César González

El mundo está lleno de tantas cosas que nos hacen tener el interés por conocer qué más hay fuera de nuestro pequeño entorno social. Es común que estemos interesados por conocer otras culturas y lugares que nos hagan sentir emociones que regularmente sentimos a través de la cultura y esencia que siembra nuestro lugar de origen.

Existen alrededor de 195 países, los cuales cada uno tiene una historia y algo que compartir con el resto del mundo. La única forma de poder adentrarnos en esta aventura es recurriendo a actividades como buscar imágenes por internet o incluso, si la situación lo permite, abordar algún medio de trasporte en el que podamos respirar el aire y vivir en carne propia lo que es pisar tierras diferentes.

Es gracias a un medio de transporte como el avión que podemos dirigirnos a estos lugares para satisfacer nuestra curiosidad, aunque también hay quienes lo utilizan para otros asuntos, como los laborales. Lo que se catalogaba como un vuelo normal para pasajeros en un país tan rico en cultura como México terminó siendo una pesadilla; pero, ¿por qué?

Era el 24 de septiembre de 1952, los habitantes de la Ciudad de México vivían su vida de una manera normal. El aeropuerto registraba afluencia como de costumbre y algunos aviones estaban listos para abordar a esos cientos de pasajeros que buscaban llegar con bien a sus destinos; todos con una actividad diferente por hacer.

Las condiciones climatológicas no eran las apropiadas para realizar vuelos con normalidad, pues un huracán, que recién había tocado tierra días atrás, ocasionaba una inmensa inestabilidad en el centro del país, lo que orilló a ciertos vuelos a tomar ciertas demoras. Fue así como el vuelo Mexicana 757 tuvo que retrasar su viaje con destino a Oaxaca hasta las 7:45 de la mañana, hora en que ya todos sus pasajeros habían abordados, dispuestos a llegar a ese estado.

El avión era utilizado para diversos vuelos con destinos diferentes | Cortesía / X

Al mando del avión se encontraba el capitán Carlos RodríguezCorona, el P. A. Agustín Jurado Amilpa, como primer oficial y finalmente la Srita. Lilia Novelo Torres, quien fungía como sobrecargo. El personal sabía que todo estaba en orden, pues la aeronave estaba ascendiendo los 14,000 pies mientras volaban cerca de algunas montañas y sierras de Puebla.

El piloto fue interrumpido cuando la sobrecargo Lilian le pidió que encendiera la calefacción del avión porque la cabina de los pasajeros empezaba a tener bajos niveles de temperatura, esto debido a la altura alcanzada: Fue ahí donde las cosas se tornaron en algo complicado.

Interior del avión | Cortesía / Aviación 21

De repente, la parte trasera del avión había explotado desatando el caos tanto en los pasajero como en el personal, quienes no podían entender qué es lo que había ocasionado este incidente. Tan delicada era la situación que el piloto tuvo que encontrar las formas de mantener en el aire aquella aeronave mientras escuchaba los gritos de desesperación de algunos pasajeros, pues unos habían recibido heridas por el estruendo.

El piloto trató de comunicarse con el aeropuerto e informar que tenían una emergencia, así que aclaró que su plan era regresar a la Ciudad de México; de la nada, la comunicación se perdió, algo que alarmó más a los presentes.

Si bien el avión aún permanecía en las alturas, padeciendo los estragos del desastre y sintiendo cada vez más una descendencia, el piloto pudo ver que estaban cerca de las pirámides de Teotihuacán, por lo que, sin pensarlo, tomó la decisión de aterrizar allí.

Fueron varias personas las que atestiguaron cómo este avión comercial hacía un aterrizaje de emergencia, en el que se pudo auxiliar a cada uno de los pasajeros una vez que los equipos de rescate ya habían sido informados para llegar al lugar de los hechos.

El avión sufrió una explosión que provocó emitir una alerta | Cortesía / Aviación 21

El lugar estaba rodeado de maletas de los pasajeros así como algunos restos del avión, y a pesar de que se había evitado un mal desenlace, nadie podía entender que era lo que había pasado.

Las autoridades mexicanas no dudaron en iniciar una investigación, y para ellos su primera impresión era nada más y nada menos que una bomba. ¿Quién pudo haber estado detrás de esto?

Las investigaciones arrojaron información suficiente para esclarecer quién había organizado este incidente, por lo que los nombres de dos hombres no tardaron en llegar a oídos de los medios de comunicación: el empresario Francisco Sierra y Emilio Arellano.

Francisco Sierra y Emilio Arellano fueron los responsables de este suceso | Cortesía / X

Ambos eran profesionales y tenían un trabajo estable, por lo que las razones que los llevó a elaborar este siniestro plan no fueron conocidas hasta que se les realizó una investigación exhaustiva, y es que el trabajó arrojó que los hombres querían cometer un fraude a compañías de seguro por más de 2,000,000 de pesos.

Parte de su idea consistía en contratar a seis personas bajo la promesa de ofrecerles trabajo bien remunerado en la ciudad de Oaxaca. Se les proporcionó el viaje en avión y por tal razón les emitieron sendas pólizas de seguro de vida a nombre de los pasajeros y con la idea de cobrar dichos seguros tras el accidente. Incluso, después del accidente, algunas de estas personas afirmaron que recibieron un adelanto para comprarse ropa y hasta les obsequiaron a cada uno una pulsera de plata con sus respectivas iniciales, las cuales llevarían puestas durante el viaje para ser fácilmente identificados.

Tras su detención, Emilio fue sentenciado a 30 años de prisión mientras que Francisco tan solo a 9. A pesar de no solo se hizo pública la justicia para castigar a los responsables de este hecho, tampoco se dejó pasar el gran reconocimiento que obtuvo el piloto Carlos Rodríguez por haber realizado uno de los más conocidos aterrizajes de emergencia en la historia de México, lo que permitió que muchos de los pasajeros pudieran contar su versión de la historia completamente sanos y salvos.

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