La historia de México se ha alimentado con diversos acontecimientos que han dejado huella o han marcado a la sociedad no solo en su momento, sino a través de los años. Desde las grandes civilizaciones prehispánicas, como los mexicas y mayas, que dejaron un legado de conocimientos, arte y arquitectura, hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI, que marcó un giro drástico en la trayectoria del país.
Después de que México logró su independencia, la llegada de presidentes forjaron un camino en el que la nación fue siendo parte de una transformación en el que se encontraba con sucesos que beneficiaban al pueblo, pero también otras que no.
En 1968, las cosas parecían estar normales; faltaban dos años para que el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz terminara su periodo en medio de descontento por parte de la población; sin embargo, la llegada de la matanza de Tlatelolco cambió el rumbo sobre cómo México podía tomar las riendas de su futuro, tanto que este inolvidable suceso no se salvó se ser plasmado en historias llevadas a la pantalla chica.
"Rojo Amanecer" es el ejemplo perfecto para esta ocasión, pues hasta la fecha es una de las películas más conocidas y polémicas por haber reflejado en su historia lo que una familia de clase media vivió aquel 02 de octubre, al igual que cientos de estudiantes y personas en la Plaza de las Tres Culturas.
Durante su realización, tanto productores como actores tuvieron que enfrentarse a situaciones que pusieron en juego el futuro de esta cinta. ¿Estás listo para conocer estas curiosidades?
Título
Originalmente, esta película había sido titulada como “Bengalas en el Cielo”, nombre que tuvo que ser cambiado a petición del actor Valentín Trujillo ya que parecía un título poco llamativo, poético y nada taquillero. Después de varias opciones, optaron por escoger un título que representara metafóricamente lo acontecido en Tlatelolco: Rojo Amanecer.
Nadie quería producirla
Después de que el guión fuera terminado, este fue presentado ante varios productores del cine mexicano, los cuales se negaron a producirla debido a que se trataba de un tema que en aquel entonces era delicado de tocar. Finalmente, luego de que nadie se interesara en ello, el actor Héctor Bonilla (también protagonista en la cinta) decidió tomar las riendas de esta producción aportando $25,000 que tenía ahorrado.
Se grabó de manera clandestina
Después de que se pudo conseguir un productor, la película no podía ser filmada sin antes tener el permiso del RTC, el organismo gubernamental que se encarga de regular los contenidos en los medio, el cual terminó rechazando el guión por abordar este tema que no podía ser llevado a las pantallas de los mexicanos. Es por eso, que el 30 de mayo de 1989 con un escenario común y poco presupuesto se empezó a filmar la película a espaldas del gobierno.
Además, tanto Héctor Bonilla como Jorge Fons (director de cine) fueron víctimas de amenazas cuando esta grabación clandestina llegó a oídos de terceras personas que no dudaron en expresar su descontento. A pesar del riesgo que corrían cada miembro de esta producción, la filmación continuó sin problemas.
Estuvo a punto de perderse
Cuando gran parte de la película ya estaba filmada, Héctor Bonilla cometió el error de haber dejado la cinta en la cajuela de su coche, la cual estuvo a punto de dañarse debido al calor que hacía en su momento. Si bien la película no sufrió daños, esta fue de inmediato a revelarse en los estudios Churubusco para no perder todas las grabaciones realizadas.
Fue prohibida
Después de que se terminaran las grabaciones, la película se sometió a otro proceso de autorización, el cual fue rechazado hasta catalogarse como una película que se prohibía exhibir. Fue en 1990 cuando tanto la presión social como las amenazas que aun seguían recibiendo la producción, que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari tuvo que mirar la cinta para después autorizar su exhibición con la condición de que fueran eliminadas algunas escenas, pues no quería que el ejército se viera involucrado.
El final fue cambiado
El final de Rojo Amanecer refleja parte de los duros acontecimientos que vivieron la víctimas de la matanza, es por eso que se solicitó censurar una escena en la que se veía a un único sobreviviente caminar al lado de dos miembros del ejército. A pesar de que la película fue exhibida en varias salas de cine con sus respectivas censuras, alguien comenzó a circular copias de la cinta original de manera ilegal para que la sociedad pudiera ver realmente lo que se mostraba en la historia, versión que es la que conocemos hoy en día y que se puede ver en YouTube.
Fue tan sorprendente lo que esta película mostró a través de su historia que ganó once premios Ariel en 1990, en las categorías director, actor, actriz, edición, guion original, argumento original, música y coactuación; y cuatro Diosas de Plata en las categorías mejor película, mejor director, mejor actriz y mejor actor.
La realización de esta icónica película mexicana forma parte ahora de la historia del país en el que se sigue exhibiendo (de manera ficticia) parte de lo que se vivió en la Matanza de Tlatelolco, pero sobre todo el esfuerzo de un equipo de trabajo por llevar a la pantalla grande una historia a pesar de las advertencias de autoridades o personas que se negaban a reflejar una realidad.
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