Desde la época prehispánica, los ancestros que era conocedores de las propiedades de distintas plantas y elementos naturales, elaboraban mezclas para aliviar diversos padecimientos.
Fue luego de la llegada de los españoles, durante la Conquista, que se introdujeron en México, otros ingredientes con las que se enriquecieron los preparados medicinales.
Así, nacieron las boticas, en el siglo XVI, cuando quienes presentaban alguna molestia o padecían cierta enfermedad, acudían a estos establecimientos para obtener el remedio. En el mismo lugar donde se adquiría la fórmula, se preparaba, casi al momento.
Posteriormente, con el paso de los años y los avances que se tenían en cuestión de medicina, se descubrieron otros elementos no naturales, sino químicos, para los cuales ya se requería una regulación de autoridades sanitarias. Incluso, que quienes preparaban las recetas, contaran con estudios. Así, a mediados del siglo XIX, se popularizaron las Droguerías.
En estos lugares, además de ofrecerse remedios para los males, también se preparaban cremas, lociones, leches y otros productos de higiene personal.
Particularmente, en Aguascalientes, las más populares surgieron a principios del siglo XX. En la ciudad, una de las más conocidas, era la Farmacia Sánchez, que además distribuir medicamentos de patente, también contaba con un laboratorio donde se elaboraban las recetas de algunos pacientes.
Otra de las más reconocidas, es la Farmacia Tecolote, que hasta la fecha está abierta al público, ubicada en la esquina de la calle 05 de Mayo y calle Valentín Gómez Farías, en el centro de la ciudad.
También sobre la calle 05 de Mayo, pero unos metros hacia el norte, se ubica Droguería Aguascalientes, que cuenta con más de 100 años de servicio en la ciudad.
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