Entre 1902 y 1903 llegó la epidemia de la Peste a dos estados norteños de México: Sinaloa y Baja California. Esta enfermedad pudo haberse propagado a otras entidades o incluso a todo el territorio Nacional, pero esto se frenó gracias a las medidas sanitarias el entonces gobernante Porfirio Díaz ordenó que se acataran.
Antes de entrar en detalles, ¿Qué es esta enfermedad?
Según la Secretaría de Marina (Semar), es una infección causada por la bacteria Yersinia pestis, cuyos portadores son los roedores, como las ratas. Esta enfermedad se propaga mediante sus pulgas. Los seres humanos pueden contraer este padecimiento cuando son picados por una pulga que porte esta enfermedad.
Durante la Edad Media se contabilizaron millones de muertes en Europa. “La peste aún se puede encontrar en África, Asia y Sudamérica”, explica la Semar.
Sobre la peste en México
“La fiebre con bolas”, denominada así la Peste por la población del siglo XX tuvo sus inicios en los muelles del estado de Sinaloa y Baja California, así como en los domicilios de los empleados de los puertos, explica Ana María Carrillo, en su publicación ¿Estado de peste o estado de sitio?: Sinaloa y Baja California, 1902-1903.
Los comerciantes se mantuvieron alerta con respecto al desarrollo de la Peste, pues apenas se estaban recuperando de la epidemia de fiebre amarrilla que azotó en el año de 1883.
Las autoridades se mantenían incrédulas ante la llegada de esta enfermedad a México, pero una vez que se confirmó este padecimiento, el presidente del Consejo Superior de Salubridad en México, Eduardo Liceaga, ordenó que se acataran las siguientes medidas sanitarias para tratar de frenar la Peste:
Aislar rigurosamente a los enfermos, así como todos aquellos que tuvieron contacto con ellos, esto sin tomar en cuenta la edad, el género y condición social; desinfectar cuartos, prendas de vestir y de cama; combatir roedores; mantener un estricto aseo en toda la ciudad y dentro de los hogares; cremar residuos orgánicos e inorgánicos; inspeccionar casas habitación con el objetivo de encontrar enfermos; incinerar que no estuvieran perfectamente desinfectadas; inhumar cadáveres infectados en lugares en especifico; establecer puestos sanitarios en caminos que llevaran a entidades cercadas; así como presentar un pasaporte sanitario a todos aquellos que deseaban salir del puerto de Mazatlán.
¿Cómo actuó Porfirio Díaz?
Ante las recomendaciones antes mencionadas, el entonces presidente Porfirio Díaz, ordenó que se cumplieran todas y cada una de ellas, pero las autoridades sanitarias no estaban obligadas a acatar estas indicaciones porque la Constitución de 1857 mencionaba que había autonomía estatal para atender situaciones sanitarias. Sin embargo, las autoridades estatales accedieron.
Esta enfermedad acabó con la vida de 529 personas, de 738 enfermos. Sin embargo, otros mencionan que hubo más de 2 mil decesos.
Tras la Peste, hubo campañas de vacunación que fueron bien aceptadas por la sociedad, así como por comerciantes y funcionarios públicos.
“Durante la epidemia, hubo 12 893 vacunados en Mazatlán, 3 575 en Villa Unión y sus alrededores y 1 157 en Siqueiros y sus alrededores; en total 17 625”, explica Ana María Carrillo.
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