El Botox, una droga inicialmente pensada con intención bélica, se transformó en un recurso médico primero y posteriormente en un artículo para el cuidado estético de las personas. Actualmente es usado para ambos fines.

Así lo explicó el presidente del Colegio de Cirujanos Plásticos, Carlos Rodríguez Anguiano, quien indicó que el Botox es una toxina que azotó a la humanidad porque es la responsable del botulismo que surge en alimentos mal preparados.

Investigadores clínicos, aislaron una pequeña partícula de esa toxina, de ese veneno, y formó parte de las armas biológicas durante la segunda Guerra Mundial, arma que tenía el ejército alemán, pero nunca la usaron porque no tenían el antídoto y finalmente quedó almacenada, luego llegó a las manos de los científicos en los años 70 del siglo pasado y la comenzaron a utilizar los oftalmólogos para corregir el estrabismo porque notaron que era un potente paralizador muscular”.

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Así se comenzó a usar en el plano médico, pero luego por cosas de la vida, se presentó un hallazgo, notaron que parte de lo que inyectaban en un ojo, se fue a los músculos del entrecejo, y se borraba esa parte fuerte de este lugar del rostro y a partir de 1988-1989, algunos estudios permitieron que en Norteamérica se le empleara para usos cosméticos”.

A partir de aquel momento su uso se generalizó y se ha utilizado de manera constante, una toxina que en manos expertas es muy segura y hoy se utiliza mucho para tratamientos cosméticos, pero no únicamente, ya que además se le ha descubierto otra propiedad medicinal pues se le emplea también para la rehabilitación de las parálisis enfáticas y en niños y personas que padecen de parálisis cerebral”.

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Por tanto, “es un tratamiento para quien tiene problemas con sus arrugas, por lo que es una sustancia muy adecuada para estos casos, de tal forma que es un producto de consultorio y normalmente no presenta ningún tipo de complicaciones y cuando se llegan a presentar se resuelven en el transcurso de algunos meses por sí solas cuando ya se va terminando el tratamiento o cuando la toxina deja de tener efecto”.

Por lo regular, su efecto estético dura entre cuatro y seis meses de acuerdo a cada persona “digamos que es la renta para no tener arrugas, en mi caso yo lo uso sólo con fines cosméticos, pero en los centros de rehabilitación lo siguen empleando mucho, sobre todo, en lo que comentamos, en casos de parálisis cerebral infantil o para aliviar otros problemas físicos que general alguna deformidad y para otros tratamientos”.

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