El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, está intensificando sus esfuerzos para enfrentar el creciente problema del suicidio a través de una serie de programas y acciones que buscan visibilizar, prevenir e informar sobre la salud mental, tanto para derechohabientes como para el público en general.
Cecilia Flores, coordinadora del Programa Integral de Salud Mental en la Dirección Médica del ISSTE, subrayó la importancia de hablar abiertamente sobre el suicidio como una forma crucial de prevención. Según Flores, “Hablar sobre el suicidio permite prevenirlo al ofrecer un espacio para que las personas que enfrentan problemas puedan expresar sus señales de alerta.” Aseguró que es fundamental eliminar el estigma asociado con este tema y enfatizó la necesidad de reconocer los factores que afectan la salud mental.
En México, los datos reflejan una preocupante tendencia: de cada diez suicidios, ocho son cometidos por hombres y dos por mujeres. La edad promedio de quienes se ven más afectados por esta trágica decisión oscila entre los 20 y 34 años, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Estas cifras sugieren que los hombres, en particular, enfrentan dificultades adicionales para expresar sus sentimientos debido a normas culturales y expectativas sociales que los presionan a mantener un rol de proveedor, lo que puede generar una carga emocional significativa.
Flores, detalló que las causas más comunes de suicidio incluyen la depresión, la ansiedad, el abuso sexual, físico o emocional, la violencia familiar, la pérdida de empleo, problemas económicos y el consumo de sustancias nocivas. Identificar señales de alerta es crucial; entre ellas se encuentran expresiones verbales como “me quiero morir” o “ya no quiero estar en este mundo”. No todas las personas que enfrentan pensamientos suicidas comunican estos sentimientos abiertamente, por lo que es vital estar atentos a cambios en el comportamiento, como el aislamiento social, el descuido personal, conductas autodestructivas, así como cambios notables en el peso, el sueño y la irritabilidad.
Para abordar estos problemas, el ISSTE ha fortalecido su Programa Integral de Salud Mental, con mejoras en clínicas y hospitales a nivel nacional. Además, el instituto ha desarrollado la Guía Operativa 32 para el funcionamiento de los servicios de salud mental en los tres niveles de atención y la Guía Operativa 20 para el manejo integral de urgencias en salud mental, conocida como Código Morado.
También destacó que los servicios de urgencias en salud mental están disponibles para toda la población, ofreciendo tratamiento inicial rápido y eficaz, con la opción de ser canalizados a una red hospitalaria especializada o a consultas externas de psicología, psiquiatría y rehabilitación.
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