Se celebra el Día de la Candelaria y seguramente, en muchos hogares, escuelas y centros de trabajo, los mexicanos que sacaron el muñequito en la Rosca de Reyes, estarán compartiendo con los suyos, unos deliciosos tamales.

Pero ¿cuál es el origen de esta delicia nacional?

Como la mayoría de los antojitos y alimentos mexicanos, está elaborado a base de maíz. Tiene su origen en la época prehispánica, pues se cree que se preparaban como platillo principal en la celebración de las cosechas, para agradecer la fertilidad de la tierra.

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También se consumían en otros rituales, como aquello que realizaban para honrar a los muertos, así como para venerar al Sol y la Luna, como símbolos de luz.

De ahí el vínculo entre los tamales y el Día de la Candelaria, pues en la tradición religiosa, el 02 de febrero se celebra la presentación del Niño Jesús al templo, luego de su Nacimiento; y es, precisamente Jesús, a quien identifican como una luz para guiar su fe.

Sus principales ingredientes eran los granos de maíz, verduras varias y quelites, que son hierbas comestibles, como los romeritos y la verdolaga. Luego de la época de la Conquista, se agregaron otros ingredientes, como la carne de cerdo y la manteca.

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Actualmente, existen más de 500 recetas de tamales en todo la República Mexicana, entre los que destacan los más tradicionales, como son los de chile rojo, de chile verde, chile de molcajete, de rajas con queso y de dulce con pasas. No obstante, hay otros que ya comienza a cobrar notable popularidad entre los consumidores, como el de chicharrón prensado, el de Gansito, el tamal de cochinita pibil y tamal de lechón; además de las corundas, chipilín, el zacahuil, los tamales de piedra, uchepos, nejos y chipilines, que se consumen en la región centro y sur del país.

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