Cuando formalizamos una relación con esa persona que nos vuelve locos con tan solo verla, cientos de ideas se nos pueden ocurrir para estar no solo horas, sino hasta un día entero a su lado. Una relación se basa en el amor, la confianza, el respeto y otros factores que conllevan a que la convivencia se torne en algo enriquecedor para ambos.
Si bien cada pareja tiene una forma sana de tomar las riendas de su relación y decidir qué experiencias vivir juntos para fortalecer ese amor que los une, hay otras que deciden tomar un rumbo distinto hacia algo mucho más riesgo.
Eso fue lo que le pasó a una pareja en Estados unidos cuando decidieron agregar una aventura más a su lista, sin saber que se convertirían en las víctimas de su alocada noche. ¿Qué fue lo que les pasó?
En las primeras horas del 27 de mayo de 2018, Sofía Mckenna de 21 años, y su novio Spencer Mugford de 20 años, decidieron que estaban listos para aventurarse en un reto más en su relación, pues ambos eran conocidos por ser una pareja a las que les encantaba explorar lugares misteriosos o en los que se creía que habían fenómenos paranormales.
Uno de los centros que más les llamó la atención fue el faro de New London Ledge, un destino popular que era conocido por supuestamente estar habitado por el fantasma de un angustiado guardián que se había lanzado de él hacía un siglo.
El sitio era espeluznante, por lo que la pareja no dudó en adentrarse en él; sin embargo, había un detalle, pues tenían que cruzar un lago para poder llegar hasta allí, así que se dirigieron a la Universidad de Connecticut y tomaron un pequeño bote sin cerradura, sin mástil y sin timón, no sin antes haber dejado el celular de Sofía en el auto, así como algunas pertenencias de Spencer como sus zapatos, cartera y las llaves del auto en uno de los veleros restantes del puerto de la universidad.
Poco antes de las dos de la madrugada, Sofía usó el celular de su novio para publicar en sus redes sociales un pequeño video en el que se les veía remando el bote mientras se acercaban lentamente al faro, su emoción se notaba en cada frase que decía a lo largo de su “transmisión”: “¡Espera, ya casi estamos allí!".
Una vez que llegaron, Spencer publicó una foto de Sofía en Snapchat en el que se le veía de pie y sonriendo desafiante, mientras una frase detrás de ella (escrita en la pared del faro) llamaba la atención: “No Trespassing”, siendo esta la última foto que los padres de Sofía verían de su hija, pues cinco minutos después de haberse tomado la dichosa foto, amigos y familiares de la pareja comenzaron a llamarlos a sus celulares; pero, nadie respondió.
Ambos chicos fueron reportados como desaparecidos cuando no solamente no atendieron a ninguna de las llamadas lo que restó de la noche, sino porque también Spencer no se presentó a su graduación al día siguiente. Los investigadores tenían en sus manos las únicas pistas que podían ayudar a resolver el caso: Las publicaciones de Snapchat, pues a través de ellas pudieron acotar su última ubicación conocida.
Fue alrededor de las cuatro de la tarde cuando las autoridades lograron ubicar el bote en el que viajaban los chicos en una playa a 4 kilómetros del faro misterioso, pero nada extraño se encontraba en él. Fue hasta dos semanas después de su desaparición que el cuerpo de Spencer fue encontrado flotando en el lago a unos 6 kilómetros de su último avistamiento. La autopsia había revelado que había fallecido por ahogamiento.
Algo más impactante llamaba la atención, pues el cuerpo de Sofía no se encontraba por ningún lado, por lo que aún permanece desaparecida sin que se tenga un avistamiento más sobre ella. Su madre Michelle aún la busca desesperada, preguntándose el por qué su hija no llamó al 911 o el por qué no hizo algún movimiento más en sus redes sociales.
El caso se enmarcó como un misterio, en el que diversos medios y creadores de contenido aprovecharon para crear teorías que pudieran resolver este suceso. Muchos consideran que realmente los chicos fueron víctimas de algún suceso paranormal que se molestó ante su presencia, pero también no se descarta la posibilidad de que sufrieran algún accidente en su regreso a la universidad.
Hasta ahora no se sabe qué pasó exactamente; sin embargo, el faro no ha dejado de ser el centro de atención para muchos curiosos por los hechos misterios que esconde.
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