Aunque en los últimos meses pareciera que se reactivó de manera importante la industria automotriz a nivel mundial, la realidad es que aún no se cuenta con la suficiente producción para cubrir las demandas de vehículos, ya que se continúa con la misma tónica en altibajos tanto en producción como en escasez de componentes electrónicos, además de la contracción en el mercado, aseveró Rogelio Padilla de León, secretario general del sindicato de la Industria Automotriz y Metalmecánica.
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En ese sentido, comentó que las empresas no han tenido actividad constante, misma que se ha reflejado con los paros técnicos que se han registrado de manera parcial, “entonces, con estos contratiempos se dejó de producir un 35% en base a los planes y a la capacidad instalada de cada empresa, por lo que se estaría cerrando el año con un 65% promedio de lo que se tenía programado”.
si dejamos de producir un 35% es porque en un 35% se dejó de abastecer entonces, esto va de la mano y lo peor de todo es que aunque estamos terminando el 2022 y se esperaría que al iniciar el año todo fuera diferente, la realidad es que la incertidumbre sigue, no se tiene un pronóstico de cuándo se pudiera regularizar todo estoRogelio Padilla de León, secretario general del sindicato de la Industria Automotriz y Metalmecánica
Padilla de León añadió que el 2023 pinta igual, “estaremos iniciando con el mismo nivel de desabasto y sin ninguna solución por parte de las proveedurías de los componentes, sabemos que en Asia no tienen la capacidad para surtir todo lo que la industria automotriz requiere, pues también está la industria de la electrónica, de la telefonía y demás que necesitan de los mismos componentes, con esto, el panorama sigue siendo incierto”.
Finalmente, reconoció que durante el año la situación para los trabajadores también ha sido complicada, no obstante, de los despidos que se habían programado se pudo negociar, de manera que solo se alcanzaron índices menores a los mil, “los despidos fueron cerca de 900 gracias a las negociaciones en los que se recurrió a los paros técnicos para que pudieran conservar su trabajo, se sacrificó el pago, pero no el empleo”, recalcó.
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