/ jueves 19 de diciembre de 2019

Disruptores | Trato: El fin del papel

La plataforma creada por Ignacio Bermeo permite elaborar contratos electrónicos blindados con la tecnología del blockchain para que no sean alterados después de su firma

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Hay una anécdota, o quizá un chiste, que ronda entre los abogados que ejercen en Monterrey y que Ignacio Bermeo recuerda. Durante los juicios mercantiles, cuando se les presentaban alegatos a los abogados sobre el incumplimiento de algún contrato por parte de sus clientes, estos habían perfeccionado la técnica de comerse enteras las hojas de papel.

De un sólo bocado habían terminado con la evidencia de alguna fechoría. El contrato que unía a las partes nunca existió, nunca hubo una falta qué reclamar. Así de sencillo era darle la vuelta al sistema legal, así de sencillo era descubrir lo vulnerable que puede ser un contrato firmado sobre una hoja de papel.

Trato, la empresa que Ignacio fundó y hoy dirige, asegura que es cuestión de tiempo para que el contrato físico deje de ser una constante. Es por eso que ha apostado por ser de las primeras empresas mexicanas que buscan masificar el contrato digital, mejor conocidos como los smartcontracts.

“El papel es un tema vulnerable, siempre existe un riesgo de perder la información. Digamos que hoy tú firmaste un contrato con alguien y cada uno tiene su copia. Pero qué pasa si uno decide alterar esa información en su copia y decirte que él tiene la original y tú no. ¿De qué forma puede un juez saber que efectivamente tú tienes la original?”, pregunta Ignacio.

Trato es una de las primeras plataformas electrónicas en México que busca digitalizar enteramente los contratos y blindarlos contra cualquier cambio o hackeo que alguna parte mal intencionada pueda hacer.

Los usuarios de Trato entran a la plataforma y en ella encuentran todas las herramientas necesarias para armar un contrato mercantil electrónico con la asesoría de sus abogados y con toda la validez legal para finalmente ser signado digitalmente, en México, mediante la Firma Electrónica Avanzada certificada por el Servicio de Administración Tributaria.

Aunque existen ya otras plataformas en el mundo que permiten lo anterior, el diferenciador de Trato radica en el uso de la tecnología blockchain. Mediante el monitoreo automatizado en los servidores de Trato, los documentos o copias expedidas a las partes no pueden ser modificadas en ninguna de las etapas de la construcción, aprobación y firma de los contratos sin que el sistema tome cuenta de ello.

Foto: Mauricio Huizar

Por ejemplo, una gran empresa de papelería busca firmar un contrato con su proveedor de papel. Ambas partes construyen el contrato en la plataforma, lo envían a sus áreas financieras, de almacén, de producción, y éste regresa modificado para ser firmado digitalmente.

El documento final queda en un servidor descentralizado y si alguna copia es modificada posterior a la firma, el sistema lo registre.

“Lo que hace el blockchain es evitar que la información fluya de manera libre y que cualquiera pueda entrar a modificar cualquier cosa del contrato en el mundo digital. Cuando tienes una tecnología como esta, esos procesos se evitan.

“Es una solución que transforma el proceso de contratos para hacer todo esto mucho más sencillo, aprovechando las ventajas que te da la tecnología, y esas ventajas son muchas, desde la misma seguridad, la posibilidad de identificar de manera más clara a los firmantes y sobre todo llevar una clara trazabilidad de todo lo que está ocurriendo con el contrato”.

Algunos de los clientes de Trato son grandes corporaciones que necesitan acceso rápido a los miles de contratos que tienen con múltiples socios en todas sus ramas, entre los cuales se contabilizan empresas de gran calibre como BBVA, Invex, Rappi, Cabify, Samsung o Estafeta.

Las industrias en las que Trato puede usarse pasan por las de servicios financieros, legales, de seguros, de proveduría, el comercio electrónico o arrendamiento.

Según explica Ignacio, la plataforma no sólo da orden y velocidad a la firma y ejecución de contratos, sino que facilita que las partes tengan un rápido acceso a toda esta información en caso de una bronca legal, pues en gran parte de los juicios del derecho mercantil el incumplimiento de contratos es la causante.

Esto es importante para empresas, pero para gobiernos lo es aún más, pues está en juego una correcta proveeduría de servicios por parte de privados contratados, así como el dinero del erario.

“Acabo de hablar con un municipio y me platicaban que 90 por ciento de los juicios se pierden por falta de información. Ellos mismos reconocen que existe un problema porque no se cuenta con la información organizada, porque precisamente no hay manera de tenerla si no se usa la tecnología adecuada”, comenta el director de Trato.

ABOGADO Y TECNÓLOGO

Abogado de profesión, Ignacio cuenta que desde chico gustaba de la tecnología. A la par de su trabajo como abogado corporativo en Monterrey, incursionó con su propia empresa de enseñanza de programación para el desarrollo de aplicaciones móviles mediante clases presenciales.

Con el objetivo de iniciar un negocio 100 por ciento sustentando en tecnología, Ignacio entró al programa de incubación de emprendimiento surgido de Silicon Valley, The Founder Institute, donde la idea de Trato empezó a tomar forma y recibió su primer capital semilla.

La plafatorma registra 50 mil contratos nuevos al mes / Foto: Mauricio Huizar

Desde que fundó la empresa en 2014 y los tres años siguientes, Ignacio experimentó con su modelo de negocio hasta que en 2017 Trato salió al mercado 100 por ciento enfocado a empresas grandes y medianas.

“Donde más programé es porque empezaba a hacer aplicaciones nada más por hobby y de repente las vendía en el app store. En mi trabajo conocí de primera mano lo complicado que es manejar los contratos en todos los aspectos y en Trato se me dio la oportunidad de conjuntar estos dos intereses.

“Nos dimos cuenta que las que tenían mayores problemas eran las grandes empresas, porque manejaban miles de contratos. Así es como fue transformándose y a agarrar tracción, no sólo porque los clientes querían empezar a tener un sistema más eficiente, sino también en la transformación en la parte digital”.

Según explica, la idea de digitalizar contratos ya rondaba su cabeza desde el año 2000. Sin embargo, en ese entonces la economía del internet giraba en torno a los valores de la gratuidad y el acceso irrestricto a herramientas.

Fue hasta la primera mitad de la década del 2010, con el inicio del desarrollo del marco legal en México que permitió la firma electrónica, que un servicio como Trato empezó a imaginarse como posible.

El modelo de Trato ha probado tener sentido para el mercado. Desde su creación ha recibido inversión por parte de fondos como 500 Startups, Avalancha Ventures y Dux Capital por un total de 700 mil dólares y recientemente fue finalista del reconocimiento Startups Competition del evento global de emprendimiento South Summit Madrid 2019.

“Es tecnología que realmente resolvió un problema. Cuando inicias una relación profesional es muy fácil, pero cuando a alguien ya se le acabó el dinero para pagar, cambió su estrategia o ya no te necesita, es cuando empiezan a desaparecer los acuerdos. Esto facilita evitar que haya litigios, que el contrato esté bien estructurado para evitar las interpretaciones subjetivas de los acuerdos”.

NOTARIOS Y ABOGADOS

Ignacio cuenta que la plataforma está registrando un crecimiento de 200 por ciento anual, y cada mes se están generando en su plataforma al menos 50 mil contratos en diferentes industrias en México.

Con miras a iniciar una ronda de inversión en 2020, la empresa espera comenzar a incursionar en otros países, por lo que necesitará capital para la expansión, investigación y mercadeo.

Asimismo, su plan es comenzar a trabajar con pymes para que éstas empiecen a dar orden y legalidad a todos sus contratos con proveedores y clientes, los cuales hoy se quedan muchas veces en tratos de palabra sin ningún sustento legal.

A pesar de los buenas expectativas hacia el futuro, aún existen algunas barreras en el camino.

En primera instancia, en México aún no se pueden digitalizar contratos que requieren, la protocolización de un notario que de fe de la legalidad del contrato, como la venta de una casa o los juicios de sucesión, pues la regulación vigente lo permite sólo cuando todo sea dentro de medios privados.

“La protocolización es un tema que también estamos invitando a los notarios a incorporarse a este tipo de novedades de firmas electrónicas y documentos electrónicos, porque todo esto se está transformando. Nosotros queremos cambiar la forma las cosas, ya todo debe ser digital porque la mayor parte de las operaciones ya ocurre a distancia.

Foto: Mauricio Huizar

“Eso va a cambiar, obviamente va a haber quienes no estén de acuerdo porque les quita privilegios, un privilegio ineficiente que se tiene que eliminar de una manera u otra y eso es lo que va a lograr la tecnología”, dice Ignacio, quien reconoce que este cambio no sólo es de naturaleza legal, sino también política, debido al gran poder que tienen los notarios públicos en México.

Asimismo, mientras que las personas de a pie se familiarizan con la tecnología, Trato debe hacer labor de educación en los círculos de abogados que no saben del blockchain, pero pueden obtener grandes beneficios de una plataforma como esta.

“Cuando vamos con una empresa tenemos que reunirnos con el departamento legal para convencerlos que el tema de firmas electrónicas ya no es un problema con base en la regulación. No es lo mismo convencer a un abogado de 30 años que ya trae de alguna manera la tecnología en todo lo que hace a un abogado de 70 u 80 que está acostumbrado a tener todo en papel y que difícilmente va a cambiar de opinión.

“La poca digitalización de contratos es más por desconocimiento que por un tema de que la gente no quiera hacerlo. Muchos ya lo quieren hacer pero no están muy seguros cómo va a ser esto o qué va a ocurrir si lo hacen todo electrónicamente. Pero estoy seguro que en cinco años esto ya va a cambiar, va a ser normal que todos firmen electrónicamente y el que no haga un contrato electrónico va a ser de '¿por qué no lo estás haciendo?, ¿qué te pasa, en qué andas?'”.

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Hay una anécdota, o quizá un chiste, que ronda entre los abogados que ejercen en Monterrey y que Ignacio Bermeo recuerda. Durante los juicios mercantiles, cuando se les presentaban alegatos a los abogados sobre el incumplimiento de algún contrato por parte de sus clientes, estos habían perfeccionado la técnica de comerse enteras las hojas de papel.

De un sólo bocado habían terminado con la evidencia de alguna fechoría. El contrato que unía a las partes nunca existió, nunca hubo una falta qué reclamar. Así de sencillo era darle la vuelta al sistema legal, así de sencillo era descubrir lo vulnerable que puede ser un contrato firmado sobre una hoja de papel.

Trato, la empresa que Ignacio fundó y hoy dirige, asegura que es cuestión de tiempo para que el contrato físico deje de ser una constante. Es por eso que ha apostado por ser de las primeras empresas mexicanas que buscan masificar el contrato digital, mejor conocidos como los smartcontracts.

“El papel es un tema vulnerable, siempre existe un riesgo de perder la información. Digamos que hoy tú firmaste un contrato con alguien y cada uno tiene su copia. Pero qué pasa si uno decide alterar esa información en su copia y decirte que él tiene la original y tú no. ¿De qué forma puede un juez saber que efectivamente tú tienes la original?”, pregunta Ignacio.

Trato es una de las primeras plataformas electrónicas en México que busca digitalizar enteramente los contratos y blindarlos contra cualquier cambio o hackeo que alguna parte mal intencionada pueda hacer.

Los usuarios de Trato entran a la plataforma y en ella encuentran todas las herramientas necesarias para armar un contrato mercantil electrónico con la asesoría de sus abogados y con toda la validez legal para finalmente ser signado digitalmente, en México, mediante la Firma Electrónica Avanzada certificada por el Servicio de Administración Tributaria.

Aunque existen ya otras plataformas en el mundo que permiten lo anterior, el diferenciador de Trato radica en el uso de la tecnología blockchain. Mediante el monitoreo automatizado en los servidores de Trato, los documentos o copias expedidas a las partes no pueden ser modificadas en ninguna de las etapas de la construcción, aprobación y firma de los contratos sin que el sistema tome cuenta de ello.

Foto: Mauricio Huizar

Por ejemplo, una gran empresa de papelería busca firmar un contrato con su proveedor de papel. Ambas partes construyen el contrato en la plataforma, lo envían a sus áreas financieras, de almacén, de producción, y éste regresa modificado para ser firmado digitalmente.

El documento final queda en un servidor descentralizado y si alguna copia es modificada posterior a la firma, el sistema lo registre.

“Lo que hace el blockchain es evitar que la información fluya de manera libre y que cualquiera pueda entrar a modificar cualquier cosa del contrato en el mundo digital. Cuando tienes una tecnología como esta, esos procesos se evitan.

“Es una solución que transforma el proceso de contratos para hacer todo esto mucho más sencillo, aprovechando las ventajas que te da la tecnología, y esas ventajas son muchas, desde la misma seguridad, la posibilidad de identificar de manera más clara a los firmantes y sobre todo llevar una clara trazabilidad de todo lo que está ocurriendo con el contrato”.

Algunos de los clientes de Trato son grandes corporaciones que necesitan acceso rápido a los miles de contratos que tienen con múltiples socios en todas sus ramas, entre los cuales se contabilizan empresas de gran calibre como BBVA, Invex, Rappi, Cabify, Samsung o Estafeta.

Las industrias en las que Trato puede usarse pasan por las de servicios financieros, legales, de seguros, de proveduría, el comercio electrónico o arrendamiento.

Según explica Ignacio, la plataforma no sólo da orden y velocidad a la firma y ejecución de contratos, sino que facilita que las partes tengan un rápido acceso a toda esta información en caso de una bronca legal, pues en gran parte de los juicios del derecho mercantil el incumplimiento de contratos es la causante.

Esto es importante para empresas, pero para gobiernos lo es aún más, pues está en juego una correcta proveeduría de servicios por parte de privados contratados, así como el dinero del erario.

“Acabo de hablar con un municipio y me platicaban que 90 por ciento de los juicios se pierden por falta de información. Ellos mismos reconocen que existe un problema porque no se cuenta con la información organizada, porque precisamente no hay manera de tenerla si no se usa la tecnología adecuada”, comenta el director de Trato.

ABOGADO Y TECNÓLOGO

Abogado de profesión, Ignacio cuenta que desde chico gustaba de la tecnología. A la par de su trabajo como abogado corporativo en Monterrey, incursionó con su propia empresa de enseñanza de programación para el desarrollo de aplicaciones móviles mediante clases presenciales.

Con el objetivo de iniciar un negocio 100 por ciento sustentando en tecnología, Ignacio entró al programa de incubación de emprendimiento surgido de Silicon Valley, The Founder Institute, donde la idea de Trato empezó a tomar forma y recibió su primer capital semilla.

La plafatorma registra 50 mil contratos nuevos al mes / Foto: Mauricio Huizar

Desde que fundó la empresa en 2014 y los tres años siguientes, Ignacio experimentó con su modelo de negocio hasta que en 2017 Trato salió al mercado 100 por ciento enfocado a empresas grandes y medianas.

“Donde más programé es porque empezaba a hacer aplicaciones nada más por hobby y de repente las vendía en el app store. En mi trabajo conocí de primera mano lo complicado que es manejar los contratos en todos los aspectos y en Trato se me dio la oportunidad de conjuntar estos dos intereses.

“Nos dimos cuenta que las que tenían mayores problemas eran las grandes empresas, porque manejaban miles de contratos. Así es como fue transformándose y a agarrar tracción, no sólo porque los clientes querían empezar a tener un sistema más eficiente, sino también en la transformación en la parte digital”.

Según explica, la idea de digitalizar contratos ya rondaba su cabeza desde el año 2000. Sin embargo, en ese entonces la economía del internet giraba en torno a los valores de la gratuidad y el acceso irrestricto a herramientas.

Fue hasta la primera mitad de la década del 2010, con el inicio del desarrollo del marco legal en México que permitió la firma electrónica, que un servicio como Trato empezó a imaginarse como posible.

El modelo de Trato ha probado tener sentido para el mercado. Desde su creación ha recibido inversión por parte de fondos como 500 Startups, Avalancha Ventures y Dux Capital por un total de 700 mil dólares y recientemente fue finalista del reconocimiento Startups Competition del evento global de emprendimiento South Summit Madrid 2019.

“Es tecnología que realmente resolvió un problema. Cuando inicias una relación profesional es muy fácil, pero cuando a alguien ya se le acabó el dinero para pagar, cambió su estrategia o ya no te necesita, es cuando empiezan a desaparecer los acuerdos. Esto facilita evitar que haya litigios, que el contrato esté bien estructurado para evitar las interpretaciones subjetivas de los acuerdos”.

NOTARIOS Y ABOGADOS

Ignacio cuenta que la plataforma está registrando un crecimiento de 200 por ciento anual, y cada mes se están generando en su plataforma al menos 50 mil contratos en diferentes industrias en México.

Con miras a iniciar una ronda de inversión en 2020, la empresa espera comenzar a incursionar en otros países, por lo que necesitará capital para la expansión, investigación y mercadeo.

Asimismo, su plan es comenzar a trabajar con pymes para que éstas empiecen a dar orden y legalidad a todos sus contratos con proveedores y clientes, los cuales hoy se quedan muchas veces en tratos de palabra sin ningún sustento legal.

A pesar de los buenas expectativas hacia el futuro, aún existen algunas barreras en el camino.

En primera instancia, en México aún no se pueden digitalizar contratos que requieren, la protocolización de un notario que de fe de la legalidad del contrato, como la venta de una casa o los juicios de sucesión, pues la regulación vigente lo permite sólo cuando todo sea dentro de medios privados.

“La protocolización es un tema que también estamos invitando a los notarios a incorporarse a este tipo de novedades de firmas electrónicas y documentos electrónicos, porque todo esto se está transformando. Nosotros queremos cambiar la forma las cosas, ya todo debe ser digital porque la mayor parte de las operaciones ya ocurre a distancia.

Foto: Mauricio Huizar

“Eso va a cambiar, obviamente va a haber quienes no estén de acuerdo porque les quita privilegios, un privilegio ineficiente que se tiene que eliminar de una manera u otra y eso es lo que va a lograr la tecnología”, dice Ignacio, quien reconoce que este cambio no sólo es de naturaleza legal, sino también política, debido al gran poder que tienen los notarios públicos en México.

Asimismo, mientras que las personas de a pie se familiarizan con la tecnología, Trato debe hacer labor de educación en los círculos de abogados que no saben del blockchain, pero pueden obtener grandes beneficios de una plataforma como esta.

“Cuando vamos con una empresa tenemos que reunirnos con el departamento legal para convencerlos que el tema de firmas electrónicas ya no es un problema con base en la regulación. No es lo mismo convencer a un abogado de 30 años que ya trae de alguna manera la tecnología en todo lo que hace a un abogado de 70 u 80 que está acostumbrado a tener todo en papel y que difícilmente va a cambiar de opinión.

“La poca digitalización de contratos es más por desconocimiento que por un tema de que la gente no quiera hacerlo. Muchos ya lo quieren hacer pero no están muy seguros cómo va a ser esto o qué va a ocurrir si lo hacen todo electrónicamente. Pero estoy seguro que en cinco años esto ya va a cambiar, va a ser normal que todos firmen electrónicamente y el que no haga un contrato electrónico va a ser de '¿por qué no lo estás haciendo?, ¿qué te pasa, en qué andas?'”.

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