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Jesús Seade, el encargado del último tramo de la negociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, no ve en el tema laboral el talón de Aquiles para México, más bien pide no dramatizar y verlo como la oportunidad de avanzar hacia un sistema justo y moderno.
“No diría que es una desventaja, al contrario, tenemos la gran ventaja de ser el país que más tiene por ganar en el sector laboral. Estamos atrasados, sin duda, pero ya están cambiando las cosas”, dijo el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) al cuestionarle sobre el temor de los empresarios mexicanos a presiones desde Estados Unidos en esa materia.
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Si una empresa mexicana es denunciada por violencia laboral o explotación infantil habrá un panel que revisará el tema y habrá problemas si se comprueba que es cierto, pero también la compañía se verá obligada a cumplir la ley, dijo en entrevista con El Sol de México.
Contra esas demandas, añadió, México tendrá que defenderse y, sobre todo, cumplir con sus obligaciones.
“No somos (en México) por naturaleza dictadores o explotadores, creemos en un sistema laboral moderno y lo vamos a tener, no hay que dramatizarlo, hay que tener confianza en lo que se va a hacer”.
Para lograrlo, dijo, la Secretaría del Trabajo tiene reuniones con las cúpulas empresariales y compañías para avanzar en la aplicación de la reforma laboral.
“Tenemos mucho por mejorar y ya se está mejorando, eso no es estar en desventaja, es tener la oportunidad de modernizarnos y ponernos al corriente”.
Otro tema que preocupa al sector privado es la certidumbre para la inversión por el cambio de reglas del gobierno federal en sectores como el energético.
Creemos en un sistema laboral moderno y lo vamos a tenerJesús Seade. Subsecretario de la SRE
Seade aseguró que, a diferencia del pasado, hoy México cuenta con un Poder Judicial sólido e independiente para dirimir controversias, lo que consideró da certidumbre a los inversionistas.
“En el pasado no muy lejano, el Poder Judicial estaba muy apegado a lo que le dictara el todo poderoso Poder Ejecutivo, hoy ya no es así. Hoy tenemos un Poder Judicial muy sólido, muy independiente y muy respetado, eso vale oro para el inversionista en términos de confianza”.
El T-MEC garantiza buenos resultados para México, el más importante, dijo, es la estabilidad que le da a la relación comercial con Estados Unidos.
Por ser un tratado apoyado por todas las fuerzas políticas de los tres países, no se corre el riesgo de que la reglas vayan a estar “moviéndose como juguete con declaraciones”, destacó el funcionario.
Si bien no descarta que surja alguna medida unilateral por parte de uno de los socios comerciales, el acuerdo tiene mecanismos fuertes de defensa. “Lo que representa el T-MEC para nosotros es una gran estabilidad, mejores inversiones y mayor oportunidad de negocios”.
Incluso, recordó que en la negociación del Protocolo Modificatorio realizada el año pasado y en la que parecía que ya no iba a haber tratado por las exigencias de Estados Unidos, al final sólo se aceptó un conjunto muy fuerte de compromisos en materia laboral que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador quería hacer.
Seade destacó que además de ser un instrumento muy bueno para poner la relación con Estados Unidos y Canadá sobre bases más estables y equitativas, es una herramienta para mostrarle a todo el mundo que en México se puede operar muy bien, que hay un excelente mecanismo de cooperación y, con ello, atraer más inversión de otras regiones.
Destacó que uno de los elementos más polémicos, que fue la regla de origen en el sector automotriz que establece que 75 por ciento de un auto debe ser originario de la región en los próximos cuatro años, abre la puerta del “gran mercado” de Norteamérica a cualquier inversionista a cambio de una restricción que se puede resolver invirtiendo en México.
Jesús Seade, quien fue propuesto por México como director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), comentó que la propuesta que llevará al organismo internacional en caso de ser electo es la del diálogo y la negociación.
“No se ha podido lograr un importante sistema de solución de controversias como consecuencia de que no hay un diálogo (...) Hace falta una dirección general que ayude a los miembros a sacudir el sistema, necesitamos un diálogo serio, crear una confianza. Se necesita a alguien que conozca a fondo, y esa es mi cruz, lo que se cocina en la OMC, y además tengo probada una capacidad de interlocución”, concluyó.
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