La “nueva política industrial” para el país que presentó la secretaria de Economía, Graciela Márquez, a principios de octubre en Querétaro, se echó para atrás porque a algunos actores del gobierno no les gustó, refirió el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Francisco Cervantes.
“No se firmó el acuerdo. Se propuso ante el Presidente de la República y todo el Gabinete, y sólo la Secretaría de Economía sacó un decálogo de política industrial cuando nuestra propuesta estaba cimentada y muy consultada”, comentó el directivo a El Sol de México.
A casi nueve meses de que la funcionaria federal, acompañada por representantes del sector privado, anunció esta “nueva política industrial”, Cervantes aseguró que “faltó voluntad de algunas personas en el gobierno” para sacarla adelante.
—¿Actualmente México cuenta con una política industrial sólida?—, se le preguntó a Francisco Cervantes.
—No, ni nada que se le acerque. No tenemos y por eso es nuestra propuesta—, respondió el líder de los industriales.
El decálogo presentado por la funcionaria hablaba de promover una mayor la competencia económica, aprovechar la apertura comercial, generar un entorno de negocios amigable con certidumbre para atraer mayores flujos de inversión nacional y extranjera, así como alentar el crecimiento de las pymes e incentivar los proyectos industriales en las regiones más rezagadas del país, entre otras acciones.
“Enhorabuena a todos por el retorno de una política industrial activa, consensuada entre la iniciativa privada, el sector público y la academia”, dijo entonces la secretaria de Economía.
En abril, la actividad industrial registró una caída a tasa anual de 29.6 por ciento, la mayor contracción desde que el Inegi lleva registro. El director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz, dijo que de haber contado con una política industrial en el país se habrían matizado los efectos negativos de la pandemia en la industria.
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