En México, el porcentaje de adultos que tiene acceso a una cuenta en alguna institución financiera formal asciende al 36.9%, mientras en países como Kenia esta cifra llega al 84.8%, revela un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
A pesar de contar con las condiciones necesarias de cobertura de telefonía, en nuestro país no se ha logrado incluir a más personas al sistema financiero formal mediante pagos móviles.
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Las plataformas de intercambio de pagos como CoDi requieren repensar su diseño para que las especificaciones tecnológicas para su uso no sean tan altas. La ley fintech de 2018 podría introducir más competencia y el Gobierno hacer uso de programas sociales para impulsar la bancarización, se señala.
¿Por qué la inclusión financiera es tan baja en México?
Nuestro país tiene una enorme brecha de inclusión financiera. Mientras que en países como Kenia el porcentaje de adultos que tiene acceso a una cuenta en alguna institución financiera formal asciende al 84.8%, en México esa cifra llega solo al 36.9%.
Existe una multitud de factores que contribuyen a esta problemática. Por una parte, los consumidores reportan ingresos insuficientes, informalidad laboral y desconfianza en el sector bancario como las principales razones que explican la poca demanda por sus servicios.
Por otra parte, las tarifas, comisiones, altas tasas de interés, así como la falta de infraestructura bancaria y de productos dirigidos a segmentos de menores ingresos parecen ser barreras que enfrenta la población para ser incluida financieramente.
En presencia de estas restricciones, se esperaría que en México la demanda por servicios financieros condujera a más personas hacia opciones de pago móvil. El dinero móvil y otras estrategias digitales han detonado el acceso y uso de servicios financieros en segmentos desatendidos de la población en países en vías de desarrollo. Sin embargo, en nuestro país las opciones tecnológicas han sido desaprovechadas.
México cuenta con las condiciones necesarias para hacer del pago móvil una alternativa viable a la banca convencional: el 90% de adultos tiene una identificación, el 60% posee un teléfono celular y el 95% de la población está cubierta al menos con una señal 3G. Sin embargo, solo el 4.1% de los adultos reporta haber usado una cuenta de pago móvil en el último año. La misma cifra en Kenia es del 76.9%. Detrás de esta dinámica hay dos posibles explicaciones.
A pesar de los avances en materia legal, la regulación mexicana no ha sido efectiva en incentivar la competencia en el mercado de pagos y ha mantenido reglas sectoriales que son favorables para la banca comercial. Evidencia de esto es que los operadores de redes móviles en México no han sido capaces de ampliar su cobertura de servicios financieros debido a barreras legales a la entrada que en otros países con mejor diseño regulatorio han sido eliminadas.
EL DATO...
Las opciones tecnológicas en este ramo no han sido aprovechadas.