Con el paso del tiempo El año viejo se ha convertido en una pieza clásica de la música tropical mexicana, pero sobre todo, propia para estos últimos días del año. ¿Quién no la ha escuchado en la radio o en las fiestas de temporada? Es un icono. Tony Camargo la grabó en 1963 y hasta la fecha sigue sonando tan fresca.
“Yo no olvido al año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas: me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra”, han cantado los mexicanos desde entonces y siguen bailando y gozando con dicha melodía.
Tony Camargo aún vive. Tiene 93 años de edad y, aunque nació en Guadalajara, Jalisco, el 1 de junio de 1926, radica en Mérida, Yucatán. Se llama en realidad Antonio Camargo Carrasco y es considerado una especie de Beny Moré mexicano. Entre otros de sus éxitos musicales sobresalen Hay un hombre aparecido, Mi cafetal, La engañadora (un chachachá de Enrique Jorrín) y El negrito del Batey.
Sin embargo, la canción El año viejo no es mexicana. Se trata de una composición del colombiano Crescencio Salcedo, la cual Tony escuchó por primera vez en Caracas, Venezuela y la incluyó en su primer álbum discográfico. El éxito de la grabación llegó a países como Ecuador, Brasil, Perú, España, Estados Unidos y Japón, entre otros.
En la grabación, Tony Camargo se hizo acompañar por la orquesta del maestro Chucho Rodríguez.
Muchos han sido los artistas que han versionado El año viejo, siendo Yuri la más reciente al incluir el mencionado tema en un disco especial de Navidad producido este año por la disquera Sony.
También trabajó en varios trabajos discográficos de la Billos Caracas Boys basados en temas relacionados en fin de año.