Se estima que en México al menos 40 por ciento de las personas que padecen alguna enfermedad siquiátrica no son diagnosticadas, mientras 70 por ciento de quienes reciben atención especializada abandonan el tratamiento durante los primeros seis meses, afirmó el siquiatra Enrique Alvarez Suárez.
Destacó que al menos un tercio de la población nacional ha presentado algún trastorno mental, pero pocos reciben ayuda profesional, y cuando tienen acceso a un especialista enfrentan costos que van de 5 mil a 10 mil pesos mensuales, pues se estima que una enfermedad mental es tan costosa como el cáncer.
Luego de dar a conocer los preparativos para un concurso regional de pintura en el que participarán pacientes con esquizofrenia, trastorno bipolar, déficit de atención y depresión, entre otros padecimientos mentales, señaló que aún enfrentamos una grave estigmatización de estos padecimientos, a pesar de que se estima que en México 60 por ciento de la población está en riesgo de desarrollar algún problema de salud mental a lo largo de su vida.
Reconoció que a pesar de los esfuerzos por avanzar en etapas oportunas de diagnóstico, aún toma cinco años en promedio tener un diagnóstico, y mucho más acceder a un tratamiento integral, que puede llegar a ser muy costoso. A ello se suma –indicó- que en el país sólo hay 3 mil siquiatras, cuando se tiene identificado que la población con esquizofrenia es de al menos 1.5 millones, mientras la depresión alcanza a 7 por ciento, 2.3 sufre trastornos compulsivos-obsesivos y 1.6 trastorno bipolar.
Álvarez Suárez destacó que a pesar de que las enfermedades mentales no se pueden curar, sino sólo controlar, se buscan nuevos mecanismos terapéuticos, como el desarrollo de habilidades creativas de los pacientes que los ayuden a expresar el dolor interno, así como favorecer su adherencia al tratamiento, que es uno de los grandes retos.
Detalló que entre los factores de riesgo para el desarrollo de un padecimiento mental está la herencia genética, pero también un contexto externo adverso, como vivir en grandes ciudades con grandes cargas de estrés, así como la exposición a un clima de violencia que puede generar daños a la salud mental de las personas.
Indicó que es más común detectar casos de angustia y depresión en niños y jóvenes que, más que un contexto genético, enfrentan formas de vida estresantes, las cuales se complican aún más en la vida adulta y pueden dar por resultado mayor riesgo de desarrollar un padecimiento mental.
Explicó que La mente es aquella institución encargada de comandar y supervisar casi todos nuestros procesos vitales. Tal es su importancia y expansión que no se limita al aspecto biológico. Siendo así nos define también como personas: inteligencia, personalidad, actitudes, aptitudes, esencias del pensamiento.
Si bien siendo la mente tan trascendental como hemos dado a entrever antes, es lógico que, si algo le pasa, si algo falla, hay muchos procesos que se verán afectados. Un simple ejemplo de lo anteriormente dicho es el cambio de percepción, entre estas la llamada locura.
En la época clásica se asociaba este trastorno mental directamente a las enfermedades del cuerpo, Hipócrates señaló como posible origen de los trastornos mentales al cuerpo.
El mayor aporte de esta época la realiza Galeno, ya que realizó una nueva clasificación a los trastornos mentales: dijo que las causas de este podían ser orgánicos como: lesiones, exceso de alcohol, cambios menstruales, etcétera.
También podían ser mentales como: miedos, desengaños, angustias, etc. además indicó que la salud anímica depende del equilibrio entre las partes racional, irracional y sensual del alma, si no hay un equilibrio entre estas tres partes el ánimo decae, cae uno en la depresión y físicamente uno pierde energía, esto demuestra en mi opinión vínculos entre cada una de las dimensiones del ser humano.
EL DATO:
Hay una relación directa entre los problemas sociales como el abuso de drogas y alcohol y la estabilidad del individuo