La disponibilidad que requiere la población de agua abundante y pura es cada vez menor, además de que la disposición de las autoridades responsables de elaborar las políticas públicas en la materia no son adecuadas en los actuales momentos, lo que augura una crisis con el vital líquido en corto plazo, señaló el investigador Rogelio Montoya Reyes.
Sostuvo que el problema tiene su origen en el agotamiento de los recursos hídricos y su contaminación, el crecimiento urbano explosivo y anárquico y la ausencia de un sistema organizado de tratamiento de aguas residuales, además de que la empresa concesionaria actúa a su completo arbitrio.
Una realidad insoslayable es que la disponibilidad de agua es cada vez menor, sobre todo porque cada vez somos más habitantes en esta capital y en los municipios del interior.
Aparte de lo anterior, destacó que la infraestructura de la red de distribución en la zona metropolitana de Aguascalientes es antigua y obsoleta, situación que provoca que haya hasta 40% de fugas del líquido.
En este contexto, dijo, “son necesarias inversiones en infraestructura y cambios tecnológicos en la red de distribución, construcción de sistemas de tratamiento de aguas residuales y políticas adecuadas para lograr una gestión eficiente”.
Al referirse a los problemas del agua, indicó que todos los funcionarios y políticos se lavan las manos, pues “el problema viene de décadas atrás, y todo el sistema está prácticamente colapsado.
Por si fuera poco, Montoya Reyes admitió un divorcio de años atrás entre los investigadores y los funcionarios, porque “muchos no aceptan nuestras recomendaciones, ya sea por intereses económicos o políticos, intereses que son impuestos por encima de los beneficios de la población.
Actualmente, el mal uso del agua por parte de los seres humanos está provocando un gran desequilibrio en la naturaleza. Sólo 2.53% del agua es dulce, el resto es salada, y por ello es conveniente que la población mundial tome conciencia sobre el adecuado manejo de este precioso líquido.
Todas las señales parecen indicar que efectivamente existe una situación que está empeorando y que continuará haciéndolo, a no ser que la conciencia del ser humano logre comprender el daño que hacemos día a día a la Tierra y, por consiguiente, a nosotros mismos, porque tarde o temprano llegaremos a terminar con este recurso que, aunque no lo parezca, es finito. Se trata, pues, de una crisis de los recursos hídricos, causada esencialmente por su utilización inadecuada.
El agua tiene diversos usos o aplicaciones, entre las que cabe mencionar, por su grado de importancia, el consumo humano (tal vez la más importante, ya que nos sirve para beber, cocinar, asearnos, etc.), irrigar campos agrícolas, producir electricidad y otros múltiples usos industriales. En este último rubro, se produce la mayor cantidad de contaminación debido a los diferentes componentes químicos que manejan las distintas industrias y que manipulan a voluntad, enfermando así los ríos, mares y lagunas sin importarles las consecuencias.
El consumo de agua de estas empresas es dos veces mayor que el doméstico en todo el mundo. En realidad, se trata fundamentalmente de un problema de actitud y de comportamiento, en su mayor parte conocido pero al mismo tiempo pasado por alto por la sociedad.
El problema tiene su origen en el agotamiento de los recursos hídricos y su contaminación, el crecimiento urbano explosivo y anárquico
Rogelio Montoya Reyes, Investigador