Conforme a los resultados del Índice de Innovación y Desarrollo Tecnológico 2018, la ciudad de Saltillo y las zonas metropolitanas de Monterrey y Aguascalientes cuentan con empresas que son líderes en el país en estas materias.
De acuerdo a dichos resultados, sólo 23 de las 60 ciudades consideradas mostraron avances en puntuación en su capacidad de innovar e impulsar a las empresas a una mayor incorporación de procesos tecnológicos, señala en su análisis la prestigiada empresa consultora Aregional.
Entre las ciudades y zonas metropolitanas (ZM) que destacaron por mejorar en puntuación en los últimos tres años, al tiempo que muestran calificaciones superiores a los 77.0 puntos en un rango de 0 a 100 puntos, se encuentran las ZM de Aguascalientes, ZM de Monterrey y Saltillo.
El estancamiento que tuvieron las ciudades mexicanas para detonar la innovación, responde principalmente a los siguientes factores:
1) La caída en el presupuesto federal destinado a ciencia y tecnología, lo que se reflejó en la disminución de los apoyos a los proyectos de investigación y a los becarios de Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
2) La cautela de las empresas para realizar nuevas inversiones, ante un contexto económico proteccionista y de riesgos ante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
3) La menor disponibilidad de las empresas para desarrollar patentes, debido a los altos costos que esto representa.
Y 4) La falta de incentivos gubernamentales para que las empresas y la academia se vinculen en nuevas investigaciones.
Está demostrado que existe una relación positiva entre la generación y explotación del conocimiento y el desarrollo económico de los países, por lo que en México existe un gran interés por desarrollar una mejor capacidad de innovar, es decir, de “generar nuevos productos, diseños, procesos, servicios, métodos u organizaciones o de incrementar valor a los existentes”. Y con ello lograr ventajas competitivas en la economía, que le permita alcanzar un crecimiento económico sustentable.
La existencia de una relación entre innovación y desarrollo es indudable. Nuevos productos, nuevos procesos y nuevas formas de organizar la producción, cambian cuantitativa y cualitativamente la estructura de la economía y de la sociedad.
Los procesos de aprendizaje, la generación y difusión de capacidades tecnológicas endógenas son elementos de base para un crecimiento sostenido que apunte a mayor inclusión social y a una distribución del ingreso más equitativa.
El DATO:
Sólo 23 de las 60 ciudades consideradas mostraron avances en puntuación en su capacidad de innovar e impulsar a las empresas a una mayor incorporación de procesos tecnológicos