Una verdadera fascinación, ha resultado la instalación artística que, en el presente año, se colocó en el Corredor Cultural Carranza, en el marco de la Feria Nacional de San Marcos, titulada “Aguascalientes”.

En entrevista con El Sol del Centro, Lorena Velasco Ron, miembro del colectivo de Tejedoras “Cielo Tejido”, del municipio de Etzatlán, Jalisco, compartió los pormenores del proyecto que, hoy, llena de colores la emblemática arteria.

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Mide 700 metros cuadrados y está inspirada en la obra de José Guadalupe Posada, así como en los colores de los bellos atardeceres de esta tierra.

“Se inspiraron en las flores y las plumas que lleva la Catrina en su sombrero, así como en los atardeceres de Aguascalientes. Hicieron una investigación, viendo qué colores y tonalidades da el cielo durante los atardeceres tan emblemáticos de aquí”.

Agregó que se tejió en una escala de colores de los atardeceres, por eso al centro del tejido se puede observar el color rojo, que recuerda el sol ocultándose.

Para lograrlo, participaron 200 mujeres, entre tejedoras y amarradoras. Las tejedoras lo hacen desde su casa, ya que se les proporciona el hilo del color que les corresponde, y entregan las carpetas que tejen semanalmente. Por otro lado, las amarradoras asisten al taller, donde unen las carpetas que se van reuniendo, para armar el tapete, según el diseño elaborado por Lorena Ron, directora del colectivo.

La belleza de esta obra artesanal monumental radica, no solamente en sus vivos colores y el diseño del tejido, sino que se enriquece con la dedicación, el amor y esfuerzo de las artesanas, ya que el Cielo Tejido para Aguascalientes se integra de un total de 2 mil 100 carpetas, tejidas a mano, con 180 metros de hilo.

Es un proyecto que ha involucrado a la comunidad y a la familia, pues para la instalación, se trasladaron a esta ciudad, cuatro hombres. “Dos son esposos de dos tejedoras; y los otros dos, son hijos de dos tejedoras. No es lo mismo que venga a instalar alguien que no conoce todo el trabajo, que alguien que sabe todo el trabajo que representa y lo hace todavía con más cuidado”.

Sobre el colectivo, compartió que fue su abuela, Paloma Ron, quien inició el colectivo, y heredó el amor por esta técnica artesanal a su hija, Lorena Ron; y ella, a su vez, a su hija Lorena Velasco.

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