El director de Salud Mental y Adicciones, Héctor Grijalva, reconoció que las adicciones en la entidad aumentan al año hasta un 30 por ciento; dijo que es un problema creciente en lo que respecta al sector en el que se desempeña, ya que en éste se ve a los adictos como pacientes, no como delincuentes.
“Tenemos en estadísticas anuales que reportamos al ISSEA y a la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones, un estimado de que ha crecido por año un 30 - 40 por ciento de adicciones, la población crece y también la distribución de sustancias tóxicas, no somos combatientes del narcotráfico, atendemos a las que buscan ayuda”.
Con relación a los anexos dijo que están bajo su vigilancia y constante monitoreo, sin embargo reconoció que es imposible asesorarlos a todos.
Los establecimientos residenciales conocidos como anexos están bajo nuestra vigilancia, no podemos regularlos a todos porque muchos son ilegales, nos encargamos de supervisarlos, asesorarlos, hacemos lo que es la certificación, hay 80 y tantos y 12 regulados, no cumplen con las medidas higiénicas ni la terapia.
Héctor Grijalva, director de Salud Mental y Adicciones
Con relación a la principal sustancia que se ha detectado en el consumo de los pacientes es la metanfetamina, seguido de la cocaína y la mariguana, “el que usa una sustancia usa otra pero las metas son baratas, fáciles de adquirir y eso es un gran problema, los lugares donde se fabrican son clandestinos y por ello no hay pureza, son sustancias muy tóxicas”.
Descartó que ellos hayan registrado decesos por consumo de drogas, ya que en estos centros se atiende sólo a quien acude voluntariamente a atenderse, “los casos más graves no nos tocan, casi siempre mueren en domicilios u hospitales privados”.
Finalmente dijo que se ha registrado consumo en menores de edad, no obstante recalcó que esta problemática se debe atacar con un proyecto integral en el que conjunten esfuerzos diversas instancias.
“Se sabe que los menores están abandonados y no por solos, sino papá y mamá trabajan, a veces no tienen tiempo para dejarles comida pero les dejan dinero y ellos compran golosinas y drogas, empiezan los niños con lo más barato que son los inhalantes, con eso empiezan pero esos chamaquillos que están en la calle los niños de los cruceros tienen responsabilidades”.
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