Durante los últimos años se han multiplicado en Aguascalientes los casos de violencia familiar, prueba de ello es que en el 2018 se denunciaron 1,610 incidentes de esta naturaleza, lo que habla del grado de descomposición social que existe en la actualidad.
De acuerdo a las estadísticas de Semáforo Delictivo, esta incidencia de casos refleja un aumento de 46% en comparación al 2017 y de 116% en relación al promedio nacional, lo que demuestra que este problema es realmente grave.
Tan sólo en el mes de diciembre se reportaron 140 casos, pese a ser una temporada de fraternidad y de buenos deseos.
De acuerdo a los registros de Semáforo Delictivo, el comportamiento de la violencia familiar en el estado por meses fue de la siguiente manera:
En enero hubo 86 casos; en febrero ascendió a 96; en marzo a 118; en abril subió a 134; en mayo a 170; en junio hubo un descenso a 108; volvió a subir en julio a 148; en agosto a 167; en septiembre hubo un ligero declive a 133; en octubre se elevó a 158; en noviembre a 152, y diciembre cerró con 140 incidentes. El gran total es de 1,610.
Por tal motivo, el semáforo está en color rojo en lo que se refiere a nuestra entidad por tan elevado número de casos.
La violencia familiar es un acto de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier integrante de la familia, dentro o fuera del domicilio familiar, por quien tenga o haya tenido algún parentesco por afinidad, civil, matrimonio, concubinato o a partir de una relación de hecho y que tenga por efecto causar un daño.
Algunas de las manifestaciones más frecuentes de la violencia familiar en nuestro medio se dan cuando:
En el caso de las mujeres son golpeadas, violadas, insultadas, amenazadas, ignoradas o menospreciadas por su compañero. Puede ser que en una pareja se golpeen, insulten, amenacen, ignoren o menosprecien el uno al otro.
Niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores o personas con alguna discapacidad son golpeados(as), insultados(as), amenazados(as) o humillados(as).
Algunos(as) de los integrantes de la familia obligan a otro(a) u otros(as) a tener prácticas sexuales que no desean.
La violencia familiar genera crisis, enfermedades, depresión, indefensión, discapacidad e incluso muerte.
Las personas que sufren violencia, suelen ver afectada su autoestima, desarrollo intelectual, creatividad y capacidad para relacionarse con los demás. Niñas, niños y adolescentes maltratados, pueden mostrar signos de depresión, agresividad, rebeldía, dificultades para asumir responsabilidades en la familia o en la escuela, disminución de su rendimiento escolar, o comenzar a relacionarse con personas o grupos que les alienten a realizar conductas dañinas e ilícitas, como consumir alcohol, drogas o cometer delitos.
LA CIFRA:
En el 2018 se denunciaron 1,610 incidentes de esta naturaleza, lo que habla del grado de descomposición social que existe en la actualidad