Tanto por la ubicación geográfica como por la falta de información, el crecimiento poblacional desmedido y los efectos que tiene la contaminación en la salud, hacen de la Zona Metropolitana del Valle de Aguascalientes, un sitio más vulnerable a los efectos del cambio climático.
Lo anterior fue expresado ayer por el especialista en desarrollo urbano, Alejandro Escalante Cruz, quien participó recientemente en la ciudad de Guadalajara en el Foro Cultura y Naturaleza. Agregó que ante desastres y perturbaciones naturales e incluso fenómenos como el cambio climático, una mayor vulnerabilidad tiene que ver con factores como el crecimiento poblacional.
Si analizamos todos los desastres del siglo XX, el mayor impacto es a partir de poblaciones mayores y fuertes concentraciones en las ciudades, apuntó. Si de manera adicional, el crecimiento se da a partir de la especulación más que con base en la planeación, esto generará un mayor riesgo, tal como podría suceder con los nuevos proyectos urbanos de esta zona conurbada conformada por esta capital y los municipios de Jesús María y San Francisco de los Romo
Es decir, de repente hay un proyecto que habla de que van a crear más unidades habitacionales para 100 mil personas en un periodo de siete años, cuando sólo tres municipios en el resto del estado tienen menos de la mitad de esa población
Por lo tanto, enfatizó que no se está visualizando que esa forma de pensar y concebir el crecimiento nos está llevando a que la zona metropolitana de Aguascalientes tenga una condición de mayor vulnerabilidad ante los impactos del cambio climático.
Alguien se ha preguntado, de dónde van a sacar el agua para estas poblaciones, es decir, no va a llover más, no se va a infiltrar más agua, incluso, hay grietas casi por todas partes”, recalcó. Estamos seriamente amenazados por el cambio climático.Alejandro Escalante Cruz
Su alta vulnerabilidad radica en su baja profundidad, su gran superficie y el incremento de condiciones de evaporación.
Escalante Cruz añadió que en los últimos 20 años hemos sido testigos de que estamos rebasando la capacidad de autorregulación o autopurificación natural, ante lo cual enfatizó que es urgente trabajar en un proceso de adaptación ante el fenómeno que permita generar más conocimiento, educación, mejor toma de decisiones, con el objetivo de mitigar los posibles daños no sólo del medio ambiente, sino también en la salud de la ciudadanía.
Hizo luego referencia a que mientras a escala mundial se pierden al año entre 16 y 20 millones de hectáreas de zonas boscosas, nuestro país presenta un ritmo anual de deforestación de 650 mil hectáreas, una superficie poco mayor a la que ocupa el Estado de Aguascalientes.
Casi el 60% del territorio nacional presenta un alto grado de erosión. En el caso de Aguascalientes, esta situación se presenta en dos terceras partes de su territorio, además de que el crecimiento urbano industrial absorbe cada vez más los escasos terrenos fértiles que aún quedan, como es el caso del Valle Central en donde se concentra la mayor parte de la planta productiva y por ende de la población.
Escalante Cruz refirió que en México aproximadamente el 15 por ciento de los mantos acuíferos se encuentran sobreexplotados, entre los que se ubican los del Estado de Aguascalientes. De las 113 ciudades más importantes del país, 40 enfrentan sobreexplotación de sus mantos freáticos, y entre ellas se cuenta precisamente Aguascalientes.
Ciertamente cada vez producimos mayores cantidades de basura y contaminamos nuestro aire y nuestra agua, situación que nos afecta a todos, pero que perjudica más a las personas de escasos recursos.
EL DATO:
Hemos rebasado nuestra propia capacidad de crecimiento y hace falta mayor infraestructura