Los tres niveles de gobierno tienen descuidada la red de carreteras rurales y alimentadoras, incluyendo caminos de terracería y brechas, lo que ocasiona perjuicios tanto a los productores rurales como a los habitantes de comunidades, poblados y rancherías en distintas regiones de la entidad.
Sólo 35% de la red terrestre está en buen estado para ser transitada, indicó ayer el investigador Javier Chávez Vargas.
El mal estado en que se halla el resto de las redes origina inseguridad, incremento en el tiempo de recorrido, sobrecostos al usuario de los caminos rurales y alimentadores, lo que se refleja en el costo del transporte y de ahí su repercusión en otros rubros económicos Las condiciones climáticas, los volúmenes de transito, la falta de atención por parte de los gobiernos, la demanda por satisfacer, así como la disponibilidad presupuestal para su atención y mantenimiento, provocan que estos caminos no se encuentren en condiciones óptimas y exista una clara limitación en el nivel de operación y servicio.
Chávez Vargas destacó la importancia de la red de carreteras rurales y alimentadoras: “son la base de la infraestructura de transporte en México, esta infraestructura ha contribuido a la integración económica, social y cultural de la nación”.
“También ha apoyado a fomentar el comercio entre los principales centros de producción y de consumo, y fortalecer la articulación de cadenas productivas y corredores industriales, así como a la actividad industrial y la competitividad de la economía en su conjunto”, indicó enseguida.
Pidió a las autoridades la urgente reparación de los caminos rurales afectados por el paso del tiempo y la nula conservación. En este sentido, explica que los daños han sido trascendentales en numeras vías, lo que hace imposible el tránsito de vehículos, principalmente porque las cunetas han sido incapaces de evacuar la enorme cantidad de agua, por lo que se han producido socavones, baches, pérdida de firme y corte de algunos caminos.
Apuntó que, a esta circunstancia, se suma el hecho de que la inmensa mayoría de los arroyos se encuentran sucios como consecuencia de la falta de limpieza. De este modo, el agua se sale de su canalización y provoca innumerables desperfectos a su paso e inunda las parcelas agrícolas colindantes.
La realidad actual del mundo rural señala el estado de los caminos como uno de los principales déficit de las infraestructuras de muchos términos municipales. Estas vías, además de comunicar y vertebrar los amplios espacios de cultivo, facilitan el transporte de las cosechas y demás productos de la tierra, cobrando en los últimos tiempos una importancia determinante para el desarrollo rural.
Los caminos rurales son un soporte fundamental del campo, aunque a veces no están suficientemente valorados. El buen estado de conservación de los caminos rurales es vital para reforzar la competitividad de las zonas agrarias y la seguridad de los agricultores ya que los caminos en buen estado aportan mayor seguridad al tránsito de vehículos agrícolas y suponen un ahorro en tiempos y costos de combustible.