Enterarse que padecía cáncer de mama fue un muy duro golpe para Verónica, madre de familia, quien además debe trabajar para sacar adelante a sus dos hijos varones, hoy adultos.
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Con mucha entereza y ya recuperada psicológicamente de haber padecido esta agresiva enfermedad hace casi 10 años y la cual le deja como secuelas la mutilación de un seno y aparición de diabetes, Verónica relata que, a pesar de que su padre, abuelos y tíos padecieron cáncer alguna vez en su vida, a ella no le pasaba siquiera por la mente ser una víctima más.
Yo me enteré que tenía cáncer casi por casualidad. Me di cuenta cuando en una plática con un grupo de amigas nos quejamos de dolores de la edad y una de ellas se quejó que le dolía un seno, la acompañé a que se revisará y ya en el lugar aproveché para hacerme la mastografía, donde me dijeron que tenía una bola de grasa. No me quedé con la duda y fue al siguiente día a un laboratorio particular, donde ya me dijeron que posiblemente tenía un tumor canceroso. Era una bolita muy pequeña, pero era un cáncer muy agresivo. Jamás piensas que te va a dar una enfermedad de ese tipo, es muy desconcertante
A partir de ese momento, sobrevino un desgaste físico y mental al tener que someterse a una multitud de exámenes y quimioterapias que por poco doblan su voluntad, la de sus padres sus hijos, familia, amigos y compañeros de trabajo.
Todas mis tías han muerto de cáncer, mi papá tuvo cáncer de garganta, pero no espera que a ti te toque. En mi caso era un cáncer muy agresivo, me dieron 28 quimioterapias, 25 radiaciones y a la fecha estoy tomando quimioterapias. El tumor desapareció, pero debo seguir el tratamiento cuando menos hasta final de 2020, de seguir tomando pastillas de quimioterapia. Un año completo me dieron el tratamiento por la vía intravenosa.Verónica, Madre de familia
*Encuentra el detalle de esta información en la edición impresa de EL SOL DEL CENTRO de mañana lunes