Por lo menos cinco templos católicos sufrieron afectaciones durante la fuerte tormenta que, la tarde del sábado anterior, se abatió de manera sorpresiva sobre la ciudad.

Además de la Catedral basílica, donde el líquido penetró a la nave principal, provocando daño al piso de madera del lugar y la destrucción del vitral de la cúpula central en el Templo del Encino, también se registraron estragos en La Purísima, San Felipe y San Marcos.

En conferencia de prensa, el vocero de la Diócesis, Felipe Gutiérrez Rosales, reconoció que si bien no se cuenta con un sistema de recopilación inmediato de datos, los párrocos han proporcionado información de manera directa al Obispo.

De acuerdo a esta información sabemos que no son daños graves, si acaso la inundación, pero no es nada que no se pueda remediar. Habrá un trabajo arduo para sacar el agua, reparar los cristales rotos y todo sigue adelante.

Felipe Gutiérrez Rosales

Hasta el momento no se tiene un avalúo de los daños, si bien se espera que el costo de las reparaciones sea mínimo.

En el caso de Catedral, explica, al estar construido el piso con madera de mezquite, material duro, poco poroso y muy resistente al agua, bastará con quitarle la humedad mediante procedimientos especiales, sin necesidad de sustituirlo.

A pesar de esta situación, refiere, no hubo necesidad de suspender misas en ninguno de los lugares afectados, donde desde el mismo domingo se realizaron los servicios religiosos de manera normal.

Gutiérrez Rosales fue enfático al manifestar que las circunstancias climatológicas adversas atípicas no fueron de ninguna manera previsibles, ante lo cual no deben buscarse culpables de los problemas registrados al interior de estos centros de culto o en el resto de la ciudad.

REPARACIONES

Catedral y El Encino requerirán más reparaciones.