Siguen las bajas en el sector salud en esta terrible lucha para combatir el Covid-19, pues la madrugada de ayer dejó de existir a causa del virus la joven paramédico del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (ISSEA), María del Refugio (Cuquis) Vázquez Urence.
Ella fue contagiada por coronavirus al atender precisamente a pacientes con esta enfermedad, pese a las medidas de protección implementadas para proteger al personal sanitario como dotarles del equipo necesario a fin de evitar cualquier infección.
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María del Refugio es solamente una de las decenas de personas que han dado su vida por salvar la de otras. En este caso, ella luchó por su vida por espacio de dos meses, período durante el cual estuvo entre la vida y la muerte, hasta que finalmente su organismo no pudo más y dejó de existir en los primeros minutos de ayer miércoles.
Cuquis, como todos sus familiares, amistades, compañeras y compañeros le decían, nació en el año de 1983. Y estudio la carrera de paramédico en la Universidad Tecnológica de Aguascalientes (UTA).
Desde hace algunos años se incorporó al servicio de urgencias del ISSEA, hasta que contrajo el coronavirus en el desempeño de sus labores. Fue internada primeramente en el Hospital General del ISSSTE, donde a decir verdad poco o nada la hicieron, ante lo cual sus compañeros paramédicos al ver su estado de gravedad hicieron labor de convencimiento con sus familiares para trasladarla al Centenario Hospital Miguel Hidalgo, donde recibió una mejor atención.
Por espacio de casi dos meses, médicos y enfermeras del HH lucharon con todos los medios a su alcance para salvarle la vida. Permaneció intubada y en terapia intensiva, dado que su salud no mejoraba.
Sin embargo, pese a los esfuerzos de la ciencia médica todo resultó inútil y finalmente falleció, ante la impotencia de los médicos y enfermeras.
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La noticia acerca de su deceso causó honda consternación entre sus compañeras y compañeros del ISSEA, de la Cruz Roja y de otras instituciones de emergencia, porque un elemento más pierde la vida en esta cruenta lucha contra el coronavirus.
El problema ahora es económico, pues sus familiares se quedan con una deuda superior a más de un millón de pesos, por la atención que le brindaron a Cuquis durante su tiempo de hospitalización en el HH.
Ayer por la tarde, en el área de paramédicos del ISSEA, se le rindió un homenaje póstumo ante la urna que contienen sus cenizas, pues su cuerpo debió ser cremado conforme a los protocolos sanitarios..
¡Descanse en paz!
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