Los estudios realizados por la Procuraduría Federal del Consumidor ofrecen un panorama claro sobre la calidad del agua embotellada en el país. Las marcas que han demostrado ser las más confiables en cuanto a calidad incluyen Peñafiel, Bonafont, Ciel y Nestlé Pureza Vital. Los análisis realizados por la dependencia no solo verifican la presencia de patógenos y otros contaminantes microbiológicos, sino también los parámetros fisicoquímicos como el pH y la cantidad de sólidos disueltos, asegurando que el agua embotellada cumpla con los estándares nacionales de calidad.
Diversos factores explican por qué el agua embotellada sigue siendo la opción preferida entre los consumidores mexicanos. En primer lugar, la desconfianza en los sistemas de distribución de agua potable en muchas regiones del país impulsa la búsqueda de alternativas más seguras. Además, la mayor disponibilidad y conveniencia de las presentaciones de agua embotellada en tiendas, supermercados y estaciones de servicio ha hecho que esta opción sea cada vez más accesible para los ciudadanos. Finalmente, la falta de una regulación robusta en la industria del agua embotellada también ha favorecido su crecimiento, a pesar de los desafíos ambientales que plantea.
Es importante considerar las consecuencias ambientales del consumo elevado de agua embotellada. Las botellas de plástico, uno de los productos más comunes en esta industria, pueden tardar hasta 500 años en descomponerse, lo que genera una gran cantidad de residuos difíciles de manejar. En algunas zonas de México, los residuos plásticos, incluidos las botellas, representan una proporción significativa de la basura en áreas naturales protegidas. Este impacto en los ecosistemas marinos es alarmante, ya que las botellas desechadas afectan a la fauna marina y contribuyen al deterioro de los hábitats.
Aunque el agua embotellada sigue siendo una opción popular en México debido a su calidad y accesibilidad, es fundamental reflexionar sobre los costos ambientales y sociales de su consumo. La mejora de los sistemas de distribución de agua potable, así como la promoción de hábitos responsables en el manejo de residuos plásticos, son pasos necesarios para equilibrar el bienestar de la población con la preservación del medio ambiente.
Es importante mencionar que México se destaca por su alto consumo de agua, con un promedio anual de mil 978 metros cúbicos por persona, cifra que supera al promedio mundial de mil 385 metros cúbicos. A pesar de contar con sistemas de agua potable que en su mayoría son seguros, muchos mexicanos prefieren el agua embotellada por motivos de confianza y conveniencia.
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