¡Las siete y tooodo serenooooooo!, era el grito que algunos de los abuelos o bisabuelos podían escuchar al caer la noche, desde el interior de sus hogares.
Ésta era la labor de quien desarrollaba el oficio del Sereno, que es uno de los muchos que ya no existen en el país.
El sereno era un hombre que recorría las calles para asegurarse que todo se encontraba en orden y, así mismo, notificarlo a la población con esta frase. También eran conocidos como faroleros, ya que otra de sus funciones, era encender y apagar, según fuera el caso, los farolitos que alumbraban las oscuras calles, antes que existiera la energía eléctrica. Su trabajo era sumamente importante, pues también fungían como despertadores. Actualmente, no se tiene registro de alguna persona que continúe con esta encomienda.
Otro de los oficios que ya no existen, es el de telefonista. Recién inventado el teléfono, no era tan fácil establecer comunicación con otra persona, pues se requería de una compleja conexión de cables, para la cual, estaba capacitados los telefonistas. Fueron muy populares, especialmente, durante la Segunda Guerra Mundial.
Los mecanógrafos. Las generaciones actuales, difícilmente, conocerán una máquina de escribir. Éste era el artefacto en el que se escribían documentos importantes. El primer prototipo de las máquinas de escribir apareció en 1868, y entraron en desuso con la aparición de las computadoras. Si bien, sería mentira decir que ya no se usan en la actualidad, son pocas las oficinas o establecimientos en las que aún se escribe en ellas.
En 1851, llegó a México la primera línea de Telégrafo. La importancia de este oficio crecería tanto que incluso se creó la Escuela Nacional de Telegrafistas. De igual forma que en la mecanografía, podría quedar algún telégrafo en funcionamiento, pero ya no representa un sistema de comunicación práctico.
¿Habías escuchado de estos oficios?
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