Luego de que se nombrara a Norma Piña como la primer mujer Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) el pasado lunes, convirtiéndose así en la primera mujer en presidir el máximo tribunal de México; la activista, Angélica Contreras, presidenta de la Asociación Cultivando Género se dijo feliz de que inicie el año con la designación.
Aseguró es una excelente noticia porque es una mujer que tiene carrera judicial, en su discurso inicial: agradecía a las mujeres y decía que su trabajo es estar enfocado en ellas, “es algo que debemos aplaudir porque en la Suprema Corte tener una mujer es un gran logro, es histórico y nos habla del trabajo que han estado haciendo las juezas, abogadas, las mismas ministras para poder seguir escalando y romper esos techos de cristal que aún existen en la Suprema Corte” replicó.
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Su trabajo se debe ver reflejado en favor de los derechos de las mujeres, por la comunidad LGBT+, de los derechos de niños, niñas y adolescentes, “muy bonitos los discursos, pero si no se ve en resultados, entonces no estamos avanzando”, aseguró Contreras.
El trabajo de la suprema es un contrapeso, a su decir, ante el abuso de poder de otras entidades y recalcó que una deuda que tiene la SCJN es la agilidad y transparencia de cómo se toman las acciones contra la inconstitucionalidad; recordó “hemos presentado varias y han tardado hasta dos años y hay casos, cuestiones que deben tener urgencia, pero también ponderar lo prioritario, que esta nueva presidenta lo observe y lo garantice, es lo que queremos”, puntualizó.
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Puso sobre la mesa los irresueltos, sala 1 tiene un pendiente, hay varios temas y que considera son importantes, pero sobre todo, acota que no pueden perder su naturaleza, recuperarla o bien re conocerla y garantizar la protección de la constitución, “que no le enmienden la plana, que le dice a las esferas o respectivos congresos, no emite leyes, observa y analiza el porqué de lo bueno y lo malo, si se habla de los derechos humanos beneficiará a todos pero principalmente a todas”.
Del mismo modo, subrayó que sobre todo, “en estos congresos que no entienden que deben ser laicos y que deben ser y estar a favor de los derechos humanos y se siguen haciendo reformas que van en contra de los derechos humanos, pues la corte debe decirles que están haciendo un mal trabajo”, y finalmente, la Ministra, por su condición de mujer y además, dada su historia, que en Coahuila votó por la despenalización del aborto, la legalización de la mariguana y la eliminación de la prisión preventiva oficiosa, para poder de esta forma centralizar las aguas y favorecer los derechos humanos, con la agenda puesta en devolver la autonomía a la Suprema Corte, en su totalidad.
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