Sin datos actualizados se calcula que en México la incidencia del espectro autista, se presenta en alrededor de seis mil 200 nacimientos anualmente, según lo considera el Consejo Nacional para el Desarrollo de las Personas con Discapacidad.
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En el contexto del Día Mundial del Orgullo Autista, celebración con la que se busca afirmar que las personas que están en esta condición no sufren una enfermedad cerebral, puesto que no tienen ningún impedimento para desarrollar alguna actividad laboral.
Por su parte la neuróloga Mónica Pelayo González, informó en entrevista que el trastorno del espectro autista “es un conjunto de signos y síntomas, y existen las formas primarias en donde no hay presencia de una lesión o daño específico en el cerebro”.
En cambio, en las formas secundarias hay evidencia de que cerebro tuvo una afectación, por ejemplo, en niños que fueron prematuros o que tuvieron alguna hemorragia o cualquier otra situación, trae como consecuencia un trastorno en el desarrollo y posiblemente autismo y eso es normalmente en los casos en donde están presentes otros problemas neurológicos como epilepsia, retraso mental
En el caso del “autismo primario puede haber algunos niños con inteligencia normal o a veces superior, pero también puede sufrir discapacidad intelectual, y en muchas ocasiones con el desarrollo, hay algunos niños que pueden mejorar en algunas áreas, pues como el cerebro está en crecimiento, entonces eventualmente con algún tipo de estimulación que puedan recibir pueden presentarse algunas correcciones no es una curación total pero sí una mejoría”.
En este contexto “hay autistas que llegan a desarrollar algunas habilidades específicas, como, por ejemplo, en matemáticas, esto no es común pero cuando esto se llega a presentar la persona destaca bastante ya que permiten desarrollar cálculos matemáticos muy certeros”.
Por desgracia, “esto no es común, pero no en la mayoría de los casos, ya que el autismo genera una discapacidad, sobre todo en la comunicación y en la socialización, pero las habilidades no desaparecen, se pueden mantener toda la vida, no hay motivo para perderlas”.
La vida del autista adulto depende del nivel de esta situación, y pueden ser de bajo grado bajo, medio y alto de funcionalidad, y la persona que está en este último nivel puede llegar a tener un alto grado de funcionalidad en muchos ámbitos de la vida como el académico, el profesional, laboral y familiar, pero con algunas limitaciones
Mónica Pelayo González, neuróloga
Posibilidad
Hay autistas que llegan a desarrollar algunas habilidades específicas, pero esto no es común
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