Hace 11 años, al final de la administración de Gabriel Arellano como alcalde de Aguascalientes, el municipio quedó clasificado, entre 120 ciudades, como uno de los lugares más competitivos y atractivo para vivir de todo el país, hoy se ha retrocedido 22 lugares
Así lo recordó Gabriel Arellano, hoy nuevamente candidato a presidente municipal por esta capital del estado bajo la firma de Movimiento Ciudadano, en entrevista exclusiva para EL SOL DEL CENTRO, quien añadió que “algo paso, yo no voy a culpar a nadie, pero algo está sucediendo y no podemos continuar en ese desgaste que provoca que cada año estemos cayendo dos lugares”.
Lo anterior “lo comentó como un ciudadano que sabe que hay mucho que hacer por esta ciudad y esto me obligas moralmente a volver a competir por la alcaldía, y para esto tengo la experiencia, ya que sé lo que hay que hacer y estoy social y mentalmente comprometido para buscar que la gente vote por el partido que me respalda, porque hay que trabajar mucho por Aguascalientes”.
Hace 11 años, refirió nuevamente “no se tenían los problemas que hoy se enfrentan en el tema de la drogadicción, en esa época había inseguridad, pero hoy seis de cada 10 personas consideran que Aguascalientes se ha convertido en una ciudad insegura”.
“Hace una década, dos de cada 100 personas consideraban que el tema del servicio que prestaba la concesionaria CAASA, era de nivel medio o al menos aceptable, hoy 22.5 de cada 100 personas consideran que el servicio que presta Veolia es malo, fatal y desastroso”.
Pero no es el fin, “hay grandes propuestas de solución pero tenemos que actuar porque están además los fenómenos del cambio climático, hace años se hablaba de no tirar basura y de plantar un árbol, hoy hay mucho más que hacer en el tema del medio ambiente y de la ecología, ahora sí todos tenemos que ‘ponernos las pilas’, y ahí es donde están los grandes retos de una sociedad moderna que ahora debe separar la basura, reutilizar los residuos, atender el tratamiento del agua sucia que hoy se tira casi toda. Actualmente el agua de un primer uso, 100 mil litros por segundo, se desperdicia casi en su totalidad, ya que únicamente ocho litros se rehúsan”.