Como sucede cada año, el primer domingo del mes de abril inicia el horario de verano, lo que obliga a los habitantes a adelantar una hora el reloj; el objetivo y beneficios de este 2021 es crear conciencia respecto al ahorro de energía, disminuyendo el consumo de la misma.

Será este domingo 4 de abril a las 02:00 horas que comience el nuevo horario, el cual tendrá una duración de seis meses, ya que finalizará el 31 de octubre; por lo anterior, la Secretaría de Energía llama a la población a adelantar el reloj una hora, durante la noche del sábado, para que al día siguiente la hora indicada de los cronógrafos esté actualizada.

Es importante señalar que en algunas zonas de la República Mexicana, concretamente en la franja fronteriza norte del país, el 14 de marzo dio inicio el horario de verano, mientras que por motivos de economía y turismo, Quintana Roo y Sonora no aplican dicha modifcación.

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Sobre el origen del horario de verano, de acuerdo con la Secretaría de Energía, el decreto fue emitido en 1996, por el aquel entonces presidente Ernesto Zedillo, quien lo estableció con el único objetivo de ahorrar energía mediante el aprovechamiento de la luz natural.

Asimismo, cabe mencionar que esta es una medida cuya intención es emplear el uso de la luz solar, ya que es durante los próximos meses que se registra mayor insolación, y es que durante verano, las regiones más alejadas del Ecuador mantienen acentuadas las diferencias entre las horas del sol y las noches, esto debido a la inclinación de la tierra, es decir, amanece más temprano y el sol se oculta más tarde.

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Como institución encargada de darle seguimiento a esta medida, el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), reitera año con año los beneficios que esta modificación trae, ya que además de que disminuye el consumo de energía eléctrica, representa grandes beneficios en la economía del país, aunado a que las medidas para racionalizar el uso de la energía deben ser consideradas y con ello contribuir a la reducción de la vulnerabilidad de la población, frente a los efectos adversos del cambio climático.

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