Recientemente amigos y familiares confirmaron el fallecimiento de Antonio Roque Jiménez mejor conocido como “Toñito”, trabajador del Hospital Hidalgo por más de 30 años, ya que a causa de un accidente que sufrió a los cinco años, llegó ahí al hospital el cual se convirtió en su casa, ya que a raíz del accidente se vio obligado a utilizar silla de ruedas.

Toñito contaba con aproximadamente 45 años y desde hace 33 comenzó a trabajar dentro del mismo hospital en el área de vigilancia, ahí fue donde conoció a Manuel Palomares, actual encargado de la Comisión de Seguridad e Higiene del Hospital Hidalgo quien por cierto se quedó a cargo de su perrita.

Yo lo conocía desde hace 33 años, él fue el primero que conocí en el Hospital Hidalgo, últimamente supe que él estuvo malito, yo sacaba a su perrita a pasear, desde que la tuvo le decía que me gustaba mucho su perrita y yo creo ese fue el motivo porque me la dejó.

Manuel Palomares, Encargado de la Comisión de Seguridad e Higiene del Hospital Hidalgo

Manuel Palomares fue su amigo por tres décadas, y menciona que Toñito le dejó una gran enseñanza de vida; “decirle a Toño, que lo admiré siempre por la forma en que enfrentó la vida, el jamás se quiso dar por vencido, siempre vio la vida de forma positiva y es lo que más admiro del, de cómo enfrento la vida”.

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Por otra parte, José Mario Santoyo, actual Vigilante Interno del Hospital conoció a Toñito en el año 1995, cuando entraron a trabajar, juntos duraron haciendo guardias en la madrugada por más de 25 años .

Nos conocimos en el hospital, teníamos cerca de 28 años trabajando juntos, vivimos muchas cosas, entre los dos nos contábamos anécdotas, nos íbamos a dar la vuelta, nos íbamos a la playa juntos, éramos muy amigos.

José Mario Santoyo, Vigilante Interno del Hospital Hidalgo

Dijo su amigo Santoyo que antes de que Toñito sufriera el accidente, su mamá tenía que salir a trabajar y se lo dejaba encargado a una persona, y la señora se hacía cargo de Toñito, y un día se salió a la calle, se subió a un camión, se resbaló y desde ese momento llegó al hospital.

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Mario Santoyo, recordará a Toñito como un gran ser humano, pues él siempre se portaba bien con la gente, dice que él era capaz de quitarse el pan de la boca por dárselo a los que menos tenían, y que siempre era sonriente con la gente.

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