Informalidad laboral continúa en descenso

La informalidad laboral sigue en descenso en Aguascalientes, aunque hacen falta que los sectores público y privado redoblen esfuerzos para acelerar esta tendencia a la baja.

Mario Mora Legaspi

  · martes 21 de mayo de 2019

Cortesía

La informalidad laboral sigue en descenso en Aguascalientes, aunque hacen falta que los sectores público y privado redoblen esfuerzos para acelerar esta tendencia a la baja. En el primer trimestre del año en curso se ubicó en 39.7%, cuando en el mismo lapso de 2018 fue de 41.5%.

De acuerdo a las recientes estadísticas de la firma consultora México ¿cómo vamos?, en la entidad se tienen avances para combatir el empleo informal e incentivar la creación de plazas laborales regulares, mejor remuneradas y con seguridad social.

Si bien el sector informal en nuestro país ha sido una válvula de escape al desempleo y a la pobreza, también es la causa de múltiples problemas económicos y sociales, señala al respecto el economista Jorge Armando Lozano González.

La alta tasa de informalidad fomenta la baja productividad, ya que generalmente las empresas informales no son sujetas de crédito y, por ende, no pueden aumentar su nivel de capital por trabajador. La economía informal también facilita el incumplimiento de los derechos laborales. Este tipo de empresas no están obligadas a pagar un salario mínimo, y tampoco tienen que proporcionar las prestaciones mínimas de la ley para sus empleados.

Además, las altas tasas de informalidad propician que la carga de impuestos se concentre en tan sólo un pequeño porcentaje de los mexicanos que sí operan formalmente, lo cual reduce la recaudación fiscal y desequilibra las finanzas públicas, explica.

En México, la reducción de los niveles de informalidad obedece principalmente a esfuerzos aislados en políticas públicas. La OIT reconoce que México está trabajando desde varios frentes en la batalla hacia la formalización. Dicho organismo destaca, por ejemplo, la implementación del nuevo régimen de incorporación fiscal, que busca identificar a pequeños contribuyentes informales y permitirles una transición gradual en un período de 10 años.

También resaltan los procesos de compras públicas, tanto federales como estatales, que incluyen criterios que condicionan la proveeduría a estándares de formalización y profesionalización. Sin embargo, la problemática de la informalidad en México no ocupa en realidad un lugar central en la agenda pública del país. Los magros resultados que se observan en sus esfuerzos por lograr mayor formalidad se deben principalmente a una falta de unidad de los programas federales y locales.

Dentro de la economía informal de subsistencia encontramos a individuos de bajos ingresos que incursionan en ella por requerir poco capital. Sin embargo, los ingresos que obtienen de practicar dichas actividades informales son escasos (en ocasiones sólo permiten “salir al día”) por lo que su capacidad de compra y de ahorro es casi nula.

EL DATO:

Falta uniformar los programas federales y locales para combatir el régimen informal