A los cuatro años de edad, inició su relación con personas con discapacidad auditiva, dos compañeritas que le llevaron a conocer la realidad de los sordos, el mundo en el que conoció a quien hoy es su marido.
Se trata de Cristina Salazar Romero, licenciada en Audición y Lenguaje, especializada en la comunicación con personas sordas, quien comentó en entrevista que si bien sus hijos son oyentes:
Convivir con mi marido me llevó a entender las necesidades específicas de esta población, reconocerlos como seres visuales, no son auditivos
Ellos conocen el mundo a través de la vista, su lenguaje es visual, no auditivo y se le llama ‘de señas, reconocida en México desde 2005 y forma parte del patrimonio lingüístico, es una lengua que los oyentes deberían aprender porque es muy amplia la población que la habla
En entrevista por separado, Paola Badajoz Palacios, directora de “Movia Emprendedor”, organizadora del Primer Foto Incluyente de Aguascalientes, comentó que de acuerdo a datos del INEGI en el estado deben existir alrededor de 70 mil personas con discapacidad auditiva.
Cristina Salazar subrayó:
No se trata solamente de señas, ni de pantomima, es un lenguaje con un sistema que tiene su aspecto fonológico, pragmático, sintáctico
Aclaró que
en efecto hay un tema fonológico, aunque no en el aspecto oral, sí con su articulación, con la forma de las manos, el movimiento y la ubicación de la seña, por ejemplo
Tiene una gramática propia:
Por tanto en esta lengua está inmersa una cultura a la cual los oyentes no tienen acceso si no conocen esta lengua, y no se trata sólo de aprender dos o tres palabras, es un lenguaje que en todas las carreras profesionales debería establecerse como una asignatura porque en su ejercicio profesional los egresados tratarán con personas sordas.
Cristina Salazar Romero, Licenciada en Audición y Lenguaje
REFLEXIÓN
Necesario pensar que en un mundo incluyente la lengua de señas debería ser aprendida por todos