La costumbre es recibir a la Virgen Peregrina de San Juan el emblemático arco de entrada de Jesús María para trasladarse en peregrinación hasta la Parroquia Jesús Nazareno.
La experiencia de los feligreses según relatan es un goce inmenso que estremece la piel y lleva a los asistentes a las lágrimas, donde además suplican milagros y tienen la algarabía de orar y hacer las alabanzas.
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Esta acción provoca gran entusiasmo entre los creyentes, donde el municipio se alegra y la administración pública ha hecho posible durante años, al tiempo que se bendice el pueblo entero, la acogida de la Virgen Peregrina se acostumbra por dos días de casa en casa, para las familias representa el poder agradecer, rezar el Santo Rosario, reflexionar y conocer un poco más de ella y de su hijo Jesús, pues como dijo San Luis María de Montfort “María es el camino más corto y perfecto para llegar a Jesús”.
En el caso de que la visita es para la iglesia de un sitio, en este caso el municipio de Jesús María, la bendición es extendida para todo el pueblo, cada familia y cada integrante de la comunidad cristiana, donde pueden acudir a visitarla directo a la iglesia durante el periodo determinado que esté en visita.
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