Mayor contaminación visual en esta capital

Afecta la estética urbana y la propia visibilidad del entorno natural, además de alterar el paisaje

Por: Mario Mora Legaspi

  · domingo 3 de noviembre de 2019

Cada vez se observan más anuncios de todos tipos y tamaños / Foto: Juan José Sifuentes

Existe cada vez una mayor contaminación visual en la ciudad, ante la complacencia de las autoridades competentes, situación que afecta la estética urbana y a los propios habitantes, consideró ayer el urbanista Alejandro Escalante Cruz.

Cada ciudad tiene su fisonomía, su personalidad y, como en las personas, la primera impresión entra por los ojos. La publicidad, la arquitectura, el comercio, el ordenamiento territorial son, en gran parte, responsables de esa fisonomía. Carteles de todo tamaño, pintas, mantas, amontonamiento de basura publicitaria en las paredes; cables, antenas, construcciones inadecuadas, alteran el paisaje y generan la contaminación visual, que se refiere a cualquier elemento que afecte la visibilidad y la estética del entorno natural o urbano.

Además de los grandes rótulos en las calles y carreteras, también hay soportes publicitarios en aceras y andenes, que impiden el paso y la visibilidad. Esto tiene que ver con la seguridad ciudadana, dijo.

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No se debería permitir el exceso de publicidad en muros y fachadas, con papeles que nadie lee. Colocar cualquier cantidad de rótulos, pintas, mantas, afea la ciudad y puede causar problemas de salud, como estrés, dolor de cabeza, y hasta llegar a causar la muerte, por ejemplo en un accidente de tránsito, al impedir la visibilidad y tapar información vital o distraer la atención de conductores y peatones

El exceso de publicidad y su ubicación inadecuada, estresa, cansa, atiborra el cerebro, afecta la atención hacia otros elementos del ambiente o hacia la actividad que se realiza, explicó Escalante Cruz.

También constituyen contaminación visual las telarañas de los cables para la energía eléctrica. Y los postes que instalan frente a puertas o ventanas. O los vehículos mal estacionados que no permiten ver y que las autoridades viales no ven.

Foto: Juan José Sifuentes

El comercio informal también incide. Las ventas en calles y aceras quitan visibilidad y afectan la estética de la ciudad. No es que se cuestione esta fuente de trabajo, sino que se ordene. La misma gente podría contribuir.

En las aceras angostas no se debería permitir ventas, ni talleres en la calle. También el comercio formal genera contaminación visual. En varias zonas de la capital, incluso en el centro, las tiendas se han salido a las puertas y aceras. Y hasta se toman las calles. Quitan visibilidad y el que pasa puede enredarse en las mercaderías que cuelgan como matapalos, subrayó.

Como vemos, no es sólo cuestión de publicidad, son varios los sectores e instituciones involucrados: comercio, ordenamiento territorial, turismo, arquitectura, seguridad ciudadana, transporte, medio ambiente, salud, energía, construcción. Pero es la autoridad municipal la responsable principal.

Foto: Juan José Sifuentes

EL DATO...

La contaminación visual ocasiona un terrible deterioro en la vida de la misma ciudad.