Cinco décadas han pasado, desde que el Mercado Gómez Farías en Aguascalientes se construyó, fue en el año 1972 que se edificó, para brindar a los comerciantes de la zona, un espacio nuevo y, en su tiempo, más moderno.
El paso de los años en este inmueble, ha dejado constancia de que “lo ideal”, no siempre resulta “lo mejor”; pues hasta la fecha, este lugar concentra a poco más de una veinte de comerciantes, que ocupan el mismo número locales y piedras, de las 140 disponibles.
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No obstante, sus muros son testigos del esfuerzo que día a día realizan estas familias, por llevar el sustento a su hogar, permaneciendo en el lugar que algunas vez, sus padres o abuelos ocuparon, con el mismo propósito.
Tal es el caso de Doña Malvina de Loera Navarro, quien desde el año 1984, llegó a este lugar para ofrecer variedad de frutas y verduras, junto a su esposo Leopoldo Barrios.
Otro ejemplo de la perseverancia que cada uno de los comerciantes de este lugar, y la resistencia de este Mercado Gómez Farías a desaparecer, es la señora Alicia Valdés Sánchez, quien recuerda que su mamá, la señora Santos Sánchez Ibarra, comenzó su vendimia en la calle Rivera, en un espacio pequeño, donde ofrecía legumbres, frutas, vegetales y granos, a los vecinos de la zona. Posteriormente, cuando construyeron el mercado, ocupó una de las piedras del interior y desde entonces, ella y sus hermanos han perpetuado el ejemplo de trabajo y esfuerzo de su mamá, cumpliendo ya 50 años.
Y es que, precisamente el conjunto de mercaderes y comerciantes que conformaban el Mercado Rivera, fundado en el año 1940, nombrado así por la calle en la que se encontraba, fue el que debió ocupar (o esa era la idea) cada uno de los locales del Mercado Gómez Farías. Diversas circunstancias ocasionaron que muchos de ellos prefirieran buscar otros espacios para vender su mercancía, pese al bajo costo de la renta: incluso, muchos de ellos se trasladaron al Barrio de la Purísima, dando origen al famoso tianguis que lleva ese nombre.
Actualmente, un grupo de artesanos y gestores culturales, encabezado por René Alejandro López, han intentado dar un nuevo respiro a este lugar con un Festival Artesanal llamado “Rivera 5022", en referencia al origen de este centro, así como a las cinco décadas de vida del Gómez Farías.
De manera permanente, han instalado una Biblioteca Comunitaria en la que los paseantes pueden detenerse a leer algún texto de interés, o bien, tomar un ejemplar en préstamo, con la promesa de donar un libro cuando regrese el que eligió.
La intención es que más personas lleguen a este lugar para ofrecer sus productos, para revivir el comercio y mantener vida la historia y la tradición que ha hecho permanecer por medio siglo, este emblemático mercado.
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