La semana pasada se difundió un caso inédito, un niño de 12 años de edad, Carlos Santamaría, formará parte de la matrícula de la UNAM en la Facultad de Química a partir de siguiente ciclo escolar, hecho que tal vez no sea del todo positivo.
Así lo consideró José Ángel Moyano Cañero, director del Centro Integral para Altas Capacidades (CEIPAL), quien indicó que en Aguascalientes existe también la posibilidad de que algunos menores, por su alta capacidad intelectual puedan acceder a niveles superiores de educación, preparatoria o universidades.
Sin embargo señaló que esto no es recomendable,
no hay realmente la necesidad de ir tan acelerados en la certificación de los estudios, estamos totalmente de acuerdo en que el nivel académico se debe de adaptar a las edades de las personas y que un niño viva en un contexto totalmente ajeno a lo que es común a su edad es algo ilógico
No hay necesidad alguna, subrayó, de que un jovencito consiga un título universitario a los 16 años,
si me planteo la experiencia profesional que pueda alcanzar se reduce, pues la experiencia de vida incluye todo un bagaje que nos va brindando una perspectiva de futuro y quien se salta ciertas etapas de su vida va a carecer de referentes importantes
Explicó que si bien los niños de altas capacidades intelectuales pueden alcanzar toda una serie de conocimientos teóricos, van a carecer de una experiencia de vida,
de ahí que lo que solemos recomendar a las familias es que más que buscar una rápida certificación escolar, es que los niños, conozcan, vivan y no se alejen de su proceso de maduración. José Ángel Moyano Cañero