Durante la homilía de la misa dominical presidida en la Catedral Basílica, el obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, hizo un llamado a la feligresía, a alejarse de las tentaciones y no caer en provocaciones, a pesar de que éstas se presentan en la vida diaria.

“A veces en nuestra vida podemos tentar a Dios, nos exponemos a cosas que pueden destruirnos, ¿a quien no le gustaría ser importante?, en el trabajo, en la casa, tener poder y fama, muchos se llevan entre los pies las estructuras, las personas, los bienes que son de todos, por tener poder, no les importa quien caiga con tal de tener el primer lugar”, dijo el obispo.

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Asimismo, lamentó que este tipo de acciones se presentan en diversos sectores, en el deporte, en la política, en la economía, “en la misma Iglesia podemos tener esas tentaciones”, reiteró el llamado a no “apegarse a las cosas de este mundo, la tentación del apego a las cosas, todos estamos tentados, distingamos que la tentación no es pecado, sentir las tendencias no es el pecado, mientras no les demos entrada libre, no caemos en pecado”.

El demonio infla las cosas, nos promete muchas cosas, pero es mentira, con el demonio no hay que dialogar, cuando sentamos la tentación huye, es mejor que digan aquí corrió que aquí quedó, cuando sientas la tentación vete, pide el auxilio de Dios.

Juan Espinoza, Obispo de la Diócesis de Aguascalientes

Juan Espinoza Jiménez, resaltó que el demonio envidia a los hombres, dado que estos pueden tener a Dios, “es importante saber con qué armas vencemos las tentaciones, primera, la oración, pidiéndole a Dios, segundo, la Palabra de Dios que nos descubre, nos hace ver que estamos pensando, sintiendo y queriendo, tercero, que nos acerquemos a la vida sacramental, la confesión periódica, no dejes mucho tiempo sin confesarte”.

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Finalmente, se dijo esperanzado en que la sociedad en general, durante esta Cuaresma, pueda efectuar una confesión más a fondo, “limpiemos bien el corazón y la conciencia, quienes puedan ir a misa todos los días, o dos o tres a la semana, nos da fuerza para vencer el mal”.

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