En el ejercicio de la misa católica de domingo, ofrecida por el Obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jimenez, el jerarca de la iglesia local, habló en su homilía, sobre la Resurrección de Cristo, celebrada ayer, donde aseguró “es momento de resucitar y llevar bien nuestra vida”.

Invitó a su vez a los feligreses, a dejar de ser corajudos, malhablados y descuidados con las personas, bajo el argumento propio de este Domingo de Resurrección, que debe ser de transformación para los fieles y apoyar el trabajo personal de los católicos, para que esta cuarentena, no pase desapercibida y deje huella en la vida de cada practicante.

Dejemos a un lado el resentimiento, el odio, el rencor y la envidia.

Juan Espinoza, Obispo de Aguascalientes

Debe ser eje de partida para transmutar todos esos malos hábitos de sentimientos y conducta que dirigen a los humanos a la descomposición social, personal y familiar, dada la ausencia de emociones, en tanto a la consciencia regente, de una Iglesia que camina en armonía, luego de haber vivido una Cuaresma más, en compromiso con sus creencias.

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Durante la Homilía de la misa por el Domingo de Resurrección, ofrecida en la Catedral Basílica de Aguascalientes, el pastor de la Diócesis hizo un llamado a las personas, para incitarlos a ser nuevos fieles y en ese sentido resucitar a una vida nueva, bajo la premisa de que la peor esclavitud es vivir en el pecado, pues vivir así es vivir en tristeza y vivir en la muerte, detalló.

También reconoció que el sufrimiento, las penas y las tristezas que agobian a la iglesia, son más llevaderos desde la óptica de la fe, pues esos problemas solo son un paso para la vida auténtica y la vida verdadera, en Cristo.

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Por último, llamó a vivir bien la vida y no tener miedo a la muerte, a sabiendas de que, “pues nadie es eterno y cuando fallece una persona que ha tratado de llevar su vida cristiana, la muerte será el paso a la vida eterna, donde si bien tendremos que pagar lo malo que hicimos, al final tenemos la esperanza de ir hacia la luz de Dios”, predicó el sacerdote mayor de la Diócesis local.

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