El principal reto económico del nuevo gobierno es romper el círculo vicioso provocado por un modelo basado en el estancamiento estabilizador, de ajuste fiscal restrictivo que ha provocado el sacrificio de la inversión pública y privada.
Así lo pone de manifiesto el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Conocimiento (IDIC), al señalar que para superar el desafío se deberán aplicar nuevos esquemas de política económica, el modelo actual ya ha mostrado sus límites:
Por principio de cuenta, entre 1983 y el 2018, el promedio de incremento anual del PIB es de solo 2.3%. Entre 1953 y 1982 fue de 6.3%. La instrumentación del modelo de apertura económica tuvo contradicciones básicas: se redujo la inversión pública de 11% como proporción del PIB en 1981 a sólo 3% en 2017. Por el contrario, se mantuvo el consumo público.
En términos generales la inversión total representa un 20% del PIB, en las naciones asiáticas de mayor crecimiento supera el 30% y en China es de 47%.
Tampoco se atendió el problema de baja productividad: de acuerdo al INEGI, entre 1991 y el 2016 se contabilizó un retroceso en la productividad total de los factores, un hecho vinculado con la baja capacidad de innovación tecnológica y deficiencias en la calidad del sistema educativo.
Los límites del modelo llegan a las solicitudes de patentes: mientras que en China hubo 1.3 millones en 2016, la cifra para México fue de solo 17 mil.
Además, menos del 10% fueron de mexicanos, de las cuales se aprobaron cerca de 500. Una situación similar se tiene en materia de productividad laboral: un aumento de 0.4% para la economía total en lo que va del milenio. El sector que tuvo un mejor desempeño fue el comercio al por menor con 1.8%, una cifra modesta pero que muestra el rezago del resto.
Asociado con esto se tiene el bajo valor agregado generado por el sector público: gasto creciente pero que solo sirvió para propiciar un aumento de 0.2% en promedio anual de su valor agregado.
Muy lejos del 3% del sector privado. La competitividad es otra de las variables que muestra la contradicción del modelo mexicano: el país se ubica en el lugar 51, muy lejos de la posición 31 que alcanzó en 1999, cuando inició su retroceso.
El mayor rezago en competitividad se encuentra en las instituciones públicas, en donde México se coloca en lugares similares a países de África o denostados por la guerra.
Lo anterior muestra que el modelo de apertura económica, y sus criterios de eficacia, no fueron aplicados al sector público, solamente al sector privado al que se expuso a una mayor competencia sin contar con el apoyo de una administración pública eficaz, transparente y libre de corrupción.
EL DATO:
El mayor rezago en competitividad se encuentra en las instituciones públicas, en donde México se coloca en lugares similares a países de África o denostados por la guerra