Una de las leyendas más populares que ha surgido en Aguascalientes, es la que habla de la existencia del bandolero Juan Chávez.
Se dice que este hombre, de porte airoso y bravucón, robaba a los más afortunados para repartir las ganancias entre los pobres; y ¿por qué no?, adquirir un porcentaje para él.
Con esta fama, más de uno deseaba su muerte, pero para que eso sucediera, primero habría que capturarlo.
Desafortunadamente, esa no sería una tarea fácil, pues la historia cuenta que usaba los túneles de la ciudad para escabullirse. Estos espacios, que muchas personas refieren como “los túneles de Juan Chávez”, no eran de él, ni construidos y ordenados por él, pues originalmente se trataba de acueductos que fueron construidos a mitad del siglo XVIII, con la finalidad de distribuir el agua a toda la ciudad. Otro más, eran usados para vaciar los desechos y agua negras. Por obvias razones, no eran lugares muy salubres.
Si bien, no se tiene un registro exacto de la cantidad de túneles que existen en la ciudad, ya que, por la antigüedad o condiciones estructurales, no todos pueden ser recorridos para su exploración, sí hay algunos que se han localizado a la fecha. Entre ellos se encuentran los que atraviesan por la Presa del Cedazo, la Presa de los Gringos, en el oriente de la ciudad.
En la zona centro, se han ubicado en el Barrio de la Purísima, Barrio del Encino, en la Ex Escuela de Cristo y en el templo de la Merced.
Por otro lado, da la astucia que se atribuye el famoso ladrón, también se dice que no sólo usaba los túneles para ocultarse, sino también algunas cuevas. Algunas de ellas se ubican en el Cerro del Muerto y el Cerro de los Gallos; incluso, hay voces que aseguran que, en este último, es donde escondió su vasto tesoro.
Obviamente, de lo anterior no se cuenta con un registro que permita comprobar los relatos, pero hay quienes han ido en busca de la fortuna… sin éxito, claro está.
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