De los 300 planteles que a consideración del SNTE han sido seriamente afectados durante esta época de pandemia, sin duda alguna la escuela primaria “Antonio Torres Reyes” es una de las más afectadas.
Este plantel, instalado en los márgenes de la ciudad y del fraccionamiento Valle de los Cactus, ha sufrido en los últimos meses tres incendios y un fuerte saqueo que ha dejado sin puertas a sus aproximadamente 20 salones de clases, la dirección y otras habitaciones.
Su construcción improvisada resintió, según informe de algunos vecinos, el incendio del cuarto que ocupaba la cooperativa y la dirección de la escuela, meses después otro de sus salones fue también incendiado, incluso “unas chamaquitas quemaron la hierba seca que estaba a un costado de la escuela”.
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El problema, señalaron padres de familia, “es que la escuela no tenía vigilancia, (hoy al parecer ya hay algunos conserjes) además de que, por la parte trasera de la escuela, los vándalos se brincan fácilmente durante la noche y ya cuando nos damos cuenta, el daño ya está hecho, ha venido la policía, pero no se ha detenido a nadie”,
A la escuela, dijeron, “deben de asistir más de 900 alumnos, porque son 20 grupos con 48 estudiantes cada uno, quienes en su mayoría no creemos que pudieran recibir clases por Internet y ahora que comiencen las actividades, pues van a tener problemas para recibir las clases porque todo está destruido”.
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Aparte de las puertas, “destrozaron los baños, se llevaron el cableado, la tubería, pintaron los pizarrones, dañaron los escritorios, todo quedó inservible, las lonas que cubrían a los niños del sol de rompieron solas, o sea que la escuela está en ruinas”.
Durante el último incendio, “muchos de los vecinos se brincaron la cerca para tratar de apagarlo, llevaron mangueras, pero la escuela no tenía agua, así que tuvieron que esperar hasta que llegaran los bomberos, pero pues ese salón ya va a estar difícil repararlo, y quien sabe cómo estén las otras escuelas que están en los alrededores”.
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La situación no sólo afectará a los niños que asisten a este plantel, ubicado en una zona de alta marginación, también tendrá repercusiones entre los comerciantes que se ubican frente a la escuela, que subsistían con la venta de alimentos y que esperaban el regreso a clases, el cual seguramente no podrá iniciar el siete de junio como se tiene contemplado porque la escuela de alguna forma tendrá que ser reconstruida “y quién sabe cuánto tiempo duren las reparaciones, señalaron con tristeza los comerciantes”.
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