La promotora de Derechos Humanos, Elena Zárate Galindo, aseguró que la violencia en el hogar supera por mucho a la que se presenta en las calles como delito. “La violencia familiar tiene una incidencia que supera, y por mucho, cualquier otro tipo de delito. Si sumáramos todos los delitos, históricamente son muchos más los que se cometen dentro de los hogares contra los seres cercanos”, acentuó.
Durante el Foro Interdisciplinario “Orígenes de la Violencia en México”, aseveró que hoy en día cualquier persona tiene un riesgo elevado de sufrir abusos, llegando a la muerte en el hogar o en la calle.
Apuntó que los orígenes de la violencia están vinculados a relaciones personales de dominio, sujeción y humillación. “Cuando hay situaciones de abuso, de dominio, de sujeción, de humillación, que aplastan y no reconocen a la persona, es decir, la violencia de género, ésta se convierte en un caldo de cultivo de los orígenes de la violencia”, subrayó.
Identificó a la desigualdad ciudadana como otro tipo de violencia. “Es un destructor de capital social, crea desconfianza, cinismo, falta de interés para socializar y apatía, y la desconfianza mina la legitimidad y reduce la gobernabilidad democrática”, dijo.
Enfatizó que la sociedad no confía en las instituciones de justicia y que en la actualidad las personas crecen viendo a la violencia como algo natural.
La expositora señaló su desacuerdo con la política de seguridad del gobierno federal enfocada sólo al crimen organizado, cuando ésta tiene que ver con el uso de los espacios, lo social, lo laboral, la salud, la educación.
“Mi mayor inconformidad es con el hecho de que se tengan políticas de seguridad que de una u otra forma nos hacen sentir que esas muertes son un daño colateral necesario con tal de combatir el crimen organizado”, apuntó.
Zárate Galindo exhortó a las autoridades a colocar el tema de la violencia como prioridad para preservar la vida, porque a final de cuentas las familias mutiladas por las ejecuciones no reciben ni justicia, ni verdad, ni reparación del daño.
Luego aseguró que el narcotráfico es la principal causa de violencia en México, acarreando tres efectos: la corrupción policial, el enrarecimiento de la acción política y el incremento de las adicciones.
Calificó a la guerra del gobierno federal contra el narcotráfico como “falsa y mentirosa”, pues no se combate por ejemplo el “lavado de dinero” y se ha convertido principalmente en una guerra contra los pobres.
En este sentido, consideró que si realmente se quiere desactivarla se necesita avanzar en la transparencia de las reglas, en lugar de leyes en contra de los derechos humanos.
Lamentó que la sociedad ya tolere la violencia y que la lucha contra el crimen organizado borre otras intimidaciones, como la ejercida contra las mujeres.
Posteriormente, exhortó a la sociedad a hacer suya la educación para la paz y los derechos humanos a fin de construir relaciones equitativas y solidarias.
Creemos firmemente que la educación para la paz y los derechos humanos son una alternativa para la construcción de relaciones justas, equitativas y de convivencia solidaria en la sociedad , enfatizó.
Finalmente consideró elemental involucrar a más personas en estos temas, pero para lograrlo, dijo, es fundamental que transiten por procesos de sensibilización, actualización y capacitación constante.
EL DATO:
La desigualdad ciudadana es otro tipo de violencia y destructor del capital social y generador de desconfianza.