Luego de efectuados ciertos movimientos en los presbíteros de Aguascalientes y sus cargos, muchas dudas surgieron en la comunidad eclesiástica de Aguascalientes, donde incluso estuvo involucrado el padre, tan estimado en la entidad, Raúl Sosa Palos, que fue movido al templo de La Medallita Milagrosa, por lo que el vocero de la Diócesis de Aguascalientes, Rogelio Pedroza, declaró que ya no son vitalicias, las asignaciones de iglesias a los padres.

Es una especie de efecto dominó, se cambia uno y se tiene que mover a otro, pero son cuestiones naturales de la iglesia el mover, por necesidades, ya sea de la comunidad, de los sacerdotes que quizá se cansan de las comunidades, o bien se tiene en cuenta el bien de los fieles, hay muchos factores.

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Hay que recordar, dijo el padre Rogelio, que los párrocos directos son movidos, pero con un poco más de estabilidad, que va de los cinco, seis años, ocho años, son lo que más o menos duran, él por ejemplo, comentó que ya tiene seis años al frente de la vocería, pero que en un tiempo determinado, como a todo sacerdote, se le solicita un cambio para ofrecer otro servicio o trasladarse de una comunidad a otra, con otro padre o sacerdote vicario.

Agregó que “en Aguascalientes, disculpen la expresión, somos muy delicados, no estamos acostumbrados a las distancias, nosotros de aquí a la Estrella, Pinos, Zacatecas, es como el fin del mundo, como, cuando en otras diócesis, hay párrocos que tienen que caminar hasta seis horas para llegar a una de sus comunidades, nosotros no estamos acostumbrados”, también acotó que en Jalisco, hay muchas carreteras diferentes a Aguascalientes que son más firmes y sobre todo más seguras.

Atienden a necesidades, cada cambio, son cuestiones naturales de la vida de la iglesia, dependiendo de los requerimientos de cada lugar.

En cuanto a la jubilación, en Aguascalientes no hay muchos, dada la pirámide poblacional, ahorita hay muchos sacerdotes jóvenes y la edad promedio de un sacerdote de Aguascalientes son 47 años en general es un clero joven, hay unos cuantos de 75 que es la edad canónica de pugnación para los sacerdotes, el único que los cumplió fue Manuel González del Encino y Juan Escobar también fue liberado de la parroquia.

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Acotó que no “se quitan” de las parroquias porque dejen de ser útiles, se les libera del peso y los compromisos y cargas que implica administrar una parroquia.

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