De acuerdo a las estadísticas de Semáforo Delictivo, la violencia familiar sigue al alza en Aguascalientes pues solamente durante el primer semestre del año en curso se tienen registrados 1,065 casos que nos colocan en color rojo, dado que representan un 50% de aumento en comparación al mismo período del 2018.
Esta cifra dista de ser la real, toda vez que no están incluidos los casos que no se denuncian o no se reportan a las autoridades, debido a que las personas afectadas guardan silencio o prefieren callar por temor a sufrir más agresiones o represalias.
Semáforo Delictivo informa que este delito se disparó de manera preocupante en esta entidad, puesto que durante el mes de enero se tuvieron 127 casos; en febrero aumentaron a 153; en marzo ascendieron a 209; en abril a 199; en mayo a 189, y para junio 188. El primer semestre cerró con un total de 1,065 casos.
La violencia familiar es el acto de poder u omisión, único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar si la relación se da por parentesco consanguíneo, de afinidad, o civil mediante matrimonio, concubinato u otras relaciones de hecho, independientemente del espacio físico donde ocurra.
La violencia familiar ocurre cuando uno de los miembros ejerce un acto abusivo de poder dirigido a someter, dominar, controlar o agredir de manera psicológica, física, sexual, económica o patrimonial a cualquier otro integrante de la familia. Las personas involucradas pueden tener una unión consanguínea (padre, madre, hija/o, hermana/o, abuela/o, nieta/o, tía/o, prima/o) o política (suegra/o, yerno, nuera, cuñada/o, concuña/o, etc.).
Por desgracia, nuestra cultura aun es patriarcal y promueve ideas, creencias, valores, expectativas y prácticas de asimetría o desigualdad entre varones y mujeres (incluyendo los miembros de la familia), siendo generalmente el varón adulto quien ejerce poder, autoridad y dominio hacia las niñas, los niños y las mujeres, quienes son considerados en una posición inferior.
Existen familias en las que hay un mal ejercicio del poder y de la autoridad por parte de los varones, es “normal” que “el jefe de la familia” pueda decidir y controlar al resto de las/os integrantes, todo lo cual puede ser un generador de violencia hacia los miembros más vulnerables: niñas, niños, mujeres adolescentes y adultas, adultas/os mayores y otros miembros con discapacidad física o mental.
En estas familias se considera a las mujeres como las “únicas responsables” de llevar a cabo las labores del hogar y de crianza de las/os hijas/os, tareas que además son poco valoradas y no son remuneradas. Aunque existe un rechazo general hacia la violencia familiar, es frecuente que se justifique y tolere socialmente, ya que existe la idea de qué es un asunto privado y por lo tanto no se deben aceptar intervenciones externas para solucionarlo.
EL DATO:
Representan un 50% de aumento en relación al mismo período del año pasado