La economía mexicana enfrenta su mayor reto desde la recesión del 2009, la desaceleración ya tiene elementos de estancamiento económico en general, de una potencial recesión en la industria y una moderación del desempeño del mercado interno, señala el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Para evitar que esto se profundice y exacerbe la precarización del mercado laboral, disminuya el bienestar de la sociedad, cause una merma en la salud financiera de las empresas, así como la recaudación tributaria del Estado, se debe instrumentar una estrategia de política económica e industrial contingente, propone.
De otra manera el Gobierno de México se verá obligado a instrumentar una política de ajuste fiscal (ajuste macroeconómico) similar a la de otras épocas: restrictivo y característico del denominado “modelo neoliberal”.
El INEGI ha confirmado que, durante el primer trimestre del año, la economía mexicana pasó de la desaceleración al estancamiento. Durante los primeros tres meses del 2019, el crecimiento del PIB (con información oportuna) fue de únicamente 0.2%, la cifra más baja desde el cuarto trimestre del 2009 cuando disminuyó (-) 1.8%.
El mensaje de la economía es claro: México debe instrumentar un programa de desarrollo industrial que evite una mayor afectación al sector. La ausencia de una estrategia integral en este sentido ha causado el freno de la economía.
De acuerdo con el reporte del INEGI, las actividades secundarias (industria) retrocedieron a tasa anual (-) 2.1%, la mayor caída desde el cuarto trimestre del 2009.
La variación anual negativa citada, constituye el séptimo dato de este tipo para un trimestre desde el 2010, lo cual muestra la carencia de una estrategia estructural para desarrollar al sector que debería ser el motor de crecimiento en la época de la Cuarta Revolución Industrial.
Se debe considerar un aspecto adicional en el caso del sector industrial:
La información oportuna del primer trimestre, (-) 2.1%, se conjuga con el retroceso de (-) 0.8% contabilizado en el último trimestre del 2018. Con ello se abre el debate en referencia a sí este sector puede declararse oficialmente en recesión:
La afirmación previa surge del criterio de dos trimestres consecutivos de cifras negativas, que además coincide con la tendencia a la baja del ciclo industrial (inició desde julio del año pasado) y que se corrobora con el hecho de que la mayor parte de sus componentes (salvo manufacturas) exhiben datos negativos al inicio del 2019.
EL DATO:
el Gobierno de México se verá obligado a instrumentar una política de ajuste fiscal (ajuste macroeconómico) similar a la de otras épocas: restrictivo y característico del denominado “modelo neoliberal”