¿Sabías que en Aguascalientes hay una Calle del Terror?

Según relata el historiador, Vicente Esparza Jiménez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Aguascalientes, anteriormente, las calles se nombraban de acuerdo al imaginario social o con el aspecto físico de la calle.

Fue, aproximadamente, en el año 1855, cuando se atribuye el nombre de Calle del Terror a la que ahora conocemos como Álvaro Obregón, entre las calles de Morelos y Condell; pues el tramo comprendido entre Morelos y Juárez, era conocida como la Calle del Infierno.

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Esto se debía a que, durante la lucha de independencia, en 1810, lo que ahora ocupa la plaza detrás del templo de San Diego, era el sitio donde “arcabuceaban” a los insurgentes; lo que fue una verdadera matanza.

Aunado a esto, era una calle muy oscura, pues no había luz eléctrica, lo que dotaba de un aspecto tétrico a la calle. Con estos antecedentes, inevitablemente los habitantes del lugar fueron creando relatos de aparecidos y fantasmas, lo que fortaleció la fama de la calle, con el nombre Del Terror.

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Conforme avanzaba la urbanización de la ciudad, las calles cambiaron no sólo de nombre, sino también de lugar; es decir, se asignaba el mismo nombre a otra arteria, de características similares. Fue el caso que, a finales del siglo XIX, la calle que hoy se conoce como Ramón López Velarde, se convirtió en la nueva Calle del Infierno; y el nombre de Calle del Terror, se llamó a la que es, hoy, González Saracho.

Esto, se debió en gran parte a que eran calles oscuras y solitarias, igual que las anteriores, pero también, a que las condiciones se prestaban para la comisión de varios delitos, como asaltos, ataques y abusos. Posteriormente, en 1901, deja de ser Calle del Terror y se convierte en calle Francisco Z. Mena; y años más tarde, como se llama actualmente.

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