La contingencia derivada del Covid-19 ha forzado a implementar diversas medidas de prevención a fin de disminuir los contagios, entre ellas, está emplear cubrebocas en espacios públicos. Para ello, es necesario conocer los diferentes tipos de equipo de protección, su manejo de acuerdo a los distintos escenarios para poder usarlo, y sus niveles de efectividad.
Al respecto, la doctora Paulina Andrade Lozano, jefa del Departamento de Medicina del Centro de Ciencias de la Salud (CCS) de la UAA, explicó, en primera instancia, que la colocación de las mascarillas y mantener una distancia considerable cuando sea necesario salir a espacios públicos, son estrategias suficientes para evitar tanto la transmisión como el contagio del virus.
Sobre su uso adecuado, enfatizó en que este equipo de protección debe cubrir nariz, boca y barbilla, y que, al ponerlo, y sobretodo al retirarlo, no debe tocarse el material del cubrebocas, únicamente el elástico con el que se sostiene. En el caso de los que son reusables, es necesario lavarlos con agua y jabón inmediatamente después de utilizarlos.
Respecto del tipo y material, la doctora Andrade Lozano aseguró que los cubrebocas de tela y desechables son adecuados para el uso de la sociedad en general que precisa realizar una actividad esencial, como la compra de alimentos, citas médicas, o adquisición de medicamentos. Actualmente, existe la oferta de mascarillas de tela de distintos materiales, como los de tela ecológica, pellón, algodón o incluso neopreno. Señaló que, si bien los primeros son más económicos, su eficacia es baja ya que pierden su efecto en la tercera lavada.
La jefa del Departamento de Medicina del CCS, hizo un llamado a que los cubrebocas del tipo quirúrgico y N95 se determinen a un uso exclusivo para personal médico, ya que son los que actualmente se necesitan para atender a pacientes de Covid-19 y que, por la situación que se vive, sus precios aumentaron exponencialmente, haciendo cada vez más difícil su adquisición.
Es importante destacar que, la Organización Mundial de la Salud recomienda desechar el cubrebocas una vez que ya no tenga efectividad, colocarlo de forma inmediata en un recipiente cerrado y lavarse las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
En el caso de los más de 70 mil cubrebocas que realizan voluntarios de la UAA, cabe señalar que han sido sometidos a Análisis Microbiológicos que prueban el porcentaje de reducción de carga microbiológica con su uso. Después de varias pruebas para determinar su funcionalidad, expertos determinaron que son cubrebocas bacteriológicamente aptos para uso personal, aún después de 10 ciclos de lavado.